BOLETÍN Nº 148 - 31 de julio de 2015

1. Comunidad Foral de Navarra

1.7. Otros

RESOLUCIÓN 253/2015, de 29 de mayo, del Director General de Recursos Educativos, por la que se aprueba la publicación del “Sistema de Indicadores del grado de desarrollo de hábitos y valores del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria”.

La presente Resolución tiene por objeto aprobar la publicación del “Sistema de Indicadores del grado de desarrollo de hábitos y valores del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria” con la finalidad de que sirva de referente al profesorado en la educación en valores de su alumnado, así como a las familias en el caso de sus hijos e hijas.

El desarrollo de hábitos y valores configura una dimensión esencial de la educación de las personas y constituye un eje del desarrollo de las competencias claves incluidas en el currículo. Por ello, es aconsejable poner a disposición de centros y familias materiales y propuestas que favorezcan este planteamiento, de modo semejante a como ya se ha hecho en el caso de la Educación Primaria.

El Director del Servicio de Participación Educativa, Atención al Profesorado y TIC presenta informe favorable para la aprobación de esta Resolución.

En virtud de las facultades atribuidas por el artículo 22.1 d) de la Ley foral 15/2004, de diciembre de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra,

RESUELVO:

1.º Aprobar la publicación del “Sistema de Indicadores del grado de desarrollo de hábitos y valores del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria” que aparece en el Anexo de la presente Resolución. El Departamento de Educación pondrá a disposición de los centros material complementario de desarrollo y aplicación del mismo para su implementación a partir del curso 2015-2016.

2.º Trasladar la presente Resolución y su Anexo a los Servicios de Participación Educativa, Atención al Profesorado y TIC; Ordenación e Igualdad de Oportunidades; de Idiomas y enseñanzas Artísticas; de Formación Profesional; de Universidades, Calidad y Formación; de Inspección Educativa, a los efectos oportunos.

3.º Publicar la presente Resolución y su Anexo en el Boletín Oficial de Navarra.

Pamplona, 29 de mayo de 2015.–El Director General de Recursos Educativos, Iñigo Huarte Huarte.

ANEXO I

Introducción

El desarrollo de hábitos y valores configura una dimensión esencial de la educación de las personas y constituye un eje del crecimiento en las competencias claves incluidas en el currículo. Por ello es aconsejable poner a disposición de los centros escolares y de las familias materiales y propuestas que favorezcan este aspecto educativo fundamental.

El establecimiento de un Sistema de Indicadores del grado de desarrollo de hábitos y valores del alumnado ofrece –en este caso, en la Educación Secundaria Obligatoria, como ya se hizo en Educación Primaria– una herramienta muy práctica a la hora de definir, concretar, observar y evaluar el arraigo y el crecimiento de valores humanos y hábitos positivos en el alumnado. Ello permite al profesorado y a las familias contar con una útil referencia para la educación en valores de su alumnado e hijos/as, respectivamente.

En las Instrucciones que regulan la organización y el funcionamiento de los centros docentes de la Comunidad Foral de Navarra, se indica que en los Planes de mejora deben incluirse objetivos relacionados con la educación en valores del alumnado, que han de ser revisados anualmente. Para ello es conveniente contar con un bien planeado sistema de indicadores que facilite la observación y evaluación en este ámbito, tanto para el profesorado como para las familias.

Los valores humanos, éticos, sociales y cívicos son cualidades que configuran la personalidad, estructuran el carácter para entablar una convivencia positiva y ayudan decisivamente en la orientación fundamental de la propia vida. La educación sistemática en estos valores, consolidados en la forma de hábitos, contribuye a que el alumnado mejore su competencia para aprender y tener iniciativa, estimula la motivación, el esfuerzo y las capacidades de reflexión, síntesis y estructuración. Ayuda a muchachos, muchachas y jóvenes a conocerse a sí mismos o a sí mismas, a enfrentarse a los problemas, a experimentar y realizar proyectos en equipo, a trabajar de forma responsable, a relacionarse de manera respetuosa y proactiva con los demás y a asumir compromisos de valor contribuyendo al bien común de la sociedad en la que viven, y sirviendo así de base al desarrollo de las virtudes cívicas y a la mejora social.

La complejidad de la sociedad actual y el pluralismo de valores exigen a los centros educativos y a las familias un esfuerzo por dotar a los niños, niñas y jóvenes de competencias humanas, éticas y cívicas para enfrentarse a la vida de manera fructífera y congruente.

Una educación a la altura de nuestro tiempo requiere impulsar simultáneamente el cultivo del conocimiento y de los valores. Afirma José Antonio Marina que la educación tiene dos componentes principales: instrucción y formación del carácter. Si la instrucción es el conjunto de conocimientos y destrezas que los niños y jóvenes deben adquirir en los ámbitos lingüístico, matemático, técnico, cultural, ético y cívico, estético, etc., la formación del carácter es el conjunto de recursos personales que deben desarrollar para ser capaces de elegir bien su proyecto vital, para ser personas honestas y felices.

Se trata en el fondo de actitudes, valores humanos y hábitos que han de estar presentes en todas las áreas curriculares, en el comportamiento general en el centro educativo y en las actuaciones de la vida cotidiana.

Así, por ejemplo, en los ámbitos formativos se habla de competencias o habilidades transversales (Soft Skills), que se consideran propias de una buena disposición para ejercer la interrelación con los demás y la facilidad de comunicación, el pensamiento crítico, el liderazgo, la capacidad de adaptación al cambio y de resolver problemas... Todas ellas tienen que ver con el desarrollo de una personalidad rica, equilibrada y madura.

Otra evidencia: en el Informe español acerca del estudio PISA 2012, se afirma que “el Departamento de Educación de EEUU subrayó en un informe de febrero de 2013 la necesidad de promover la tenacidad y la perseverancia como los factores críticos para el éxito educativo en el siglo XXI” (PISA 2012 Informe español resolución de problemas, pág. 200). Y los datos son muy elocuentes al respecto, ya que en Navarra, sin ir más lejos, hay una diferencia de aproximadamente 60 puntos en PISA 2012 entre quienes más y menos perseveran en el estudio.

Así pues, la promoción de los valores educativos y virtudes cívicas en las familias y en los centros escolares se muestra como un elenco de competencias fundamentales para la vida y el desarrollo personal. Se trata de fortalezas especialmente significativas en el perfeccionamiento de personalidades maduras. El elenco de las mismas sería casi inagotable, pero una simple enumeración es muy elocuente a la hora de advertir su importancia y su potencial: el respeto y la tolerancia, el esfuerzo, el trabajo bien hecho, la responsabilidad, la constancia, el orden, la iniciativa, la creatividad, la capacidad estética, la lealtad, el afán de superación, el autocontrol emocional, la deportividad, la resistencia a la frustración, la capacidad de compromiso, la ciudadanía activa a favor del bien común, la generosidad y la solidaridad ..

Se trata, en fin, de que nuestros niños, niñas y jóvenes puedan orientarse en la vida de manera digna, reflexiva, creativa, emprendedora, responsable.

Suele decirse que lo que no se evalúa se devalúa. Esto también ocurre en el ámbito de la formación del carácter y el cultivo de los valores y actitudes. Por este motivo, el sistema de indicadores que sigue a continuación puede ayudar a identificar mediante la observación de la actividad diaria algunos de los valores más significativos al respecto, así como a determinar su grado de desarrollo.

El presente Sistema de indicadores, al igual que se hizo con el de Educación Primaria, presenta un repertorio estructurado de indicadores que puedan ser utilizados tanto para el diagnóstico como para el seguimiento de los planes de mejora de los centros educativos. Pretende ofrecer una estructura sencilla, operativa y fácilmente comprensible para el profesorado y las familias.

Los indicadores se refieren a cuatro tipos de hábitos y valores:

1. Indicadores referidos a hábitos y valores que facilitan la convivencia y la vida escolar.

2. Indicadores referidos a hábitos y valores que facilitan el trabajo y el estudio.

3. Indicadores referidos a hábitos y valores que favorecen el bienestar personal y familiar.

4. Indicadores referidos a hábitos y valores que favorecen el compromiso con las personas y la sociedad.

Se articulan mediante un sistema de rúbricas que describen los diferentes niveles de desarrollo de cada aspecto incluido en el indicador.

Cada indicador se compone de un enunciado del aspecto incluido en el mismo, una definición o aproximación conceptual y la secuenciación o gradiente del logro de ese aspecto. Para esto último se utiliza una escala de cinco niveles que se denominan:

–Nivel mínimo

–Nivel bajo

–Nivel medio

–Nivel medio alto

–Nivel alto-óptimo

El Departamento de Educación, en su página Web, ha puesto a disposición de los centros material complementario de desarrollo y aplicación del mismo:

http://www.educacion.navarra.es/web/dpto/valores-y-planes-de-mejora

DEFINICIÓN OPERATIVA DE VALORES EDUCATIVOS

EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

1.–Hábitos y valores que facilitan la convivencia en el ámbito educativo.

1.1. Tolerancia y respeto hacia las personas.

Reconocimiento del valor y la dignidad de todas las personas y tratarles de acuerdo con ese valor. Reconocer sus derechos. Aceptar sus peculiaridades y diferencias y escuchar de forma activa sus opiniones, valorarlas y manifestar acuerdo o desacuerdo sin intentar imponer las propias.

1.2. Respeto hacia las normas.

El alumno o alumna muestra una aceptación e interiorización de las pautas de comportamiento establecidas en el aula, en actividades lúdicas y deportivas y en la convivencia en general, y las asume como propias. Está dispuesto/a a cumplirlas e incluso a velar por su cumplimiento.

1.3. Cuidado de los objetos y del entorno.

Disposición a hacer buen uso de todos los espacios del centro (aulas, pasillos, patios, baños, fachadas, otras dependencias...), a tratar adecuadamente el mobiliario y otros elementos auxiliares (carteles, ordenadores, mobiliario deportivo, papeleras, etc.), a cuidar los propios materiales y los ajenos, y a preservar y proteger el entorno y el medio ambiente.

1.4. Amabilidad y empatía.

Capacidad de mostrarse agradable y afectuoso con estudiantes, profesorado y personal del centro en general, mostrando sensibilidad hacia las necesidades ajenas, se pone fácilmente en el lugar de las demás personas.

2.–Hábitos y valores que facilitan el trabajo y el estudio.

2.1. Organización y planificación.

Capacidad de pararse a pensar en la actividad que se va a realizar, de distribuir de manera adecuada el tiempo disponible, las tareas y lugares, los medios y materiales que se van a utilizar. Tendencia habitual a estructurar las ideas y a organizar sus cosas.

2.2. Interés y atención.

Capacidad efectiva de dirigir la propia actividad, de automotivarse, de marcarse metas y de reflexionar acerca de los medios para alcanzarlas, centrando el pensamiento de manera activa en lo que se le dice y en lo que tiene que hacer. Poner empeño, mostrar sana curiosidad y deseo de profundizar en el aprendizaje.

2.3. Constancia y perseverancia.

Hábito de concluir bien lo que se ha emprendido, de poner los medios precisos para alcanzar lo propuesto y llevar a cabo las propias decisiones, de ser firme en los compromisos y de superarse ante las dificultades sin cambiar de propósito y de comportamiento a pesar de eventuales dificultades, fracasos o pérdidas de motivación. Implica espíritu de superación permanente, asiduidad y regularidad en el trabajo personal y en las actividades colectivas. Saber esperar, sin estar sometido de manera impaciente a la inmediatez.

2.4. Responsabilidad.

Capacidad efectiva de decidir razonadamente y ser dueño de los propios actos, de asumir sus consecuencias, y de ocuparse de las tareas y bienes que están al propio cargo, previendo y evitando las imprudencias. Tomar decisiones cuando se requiere. Controlar adecuadamente la propia conducta. Realizar con esmero el propio trabajo.

3.–Hábitos y valores que favorecen el bienestar personal y familiar.

3.1. Autoestima.

Valoración que se tiene de sí mismo o de sí misma. Una autoestima ajustada implica conocer las propias fortalezas y debilidades de manera realista, mostrarse seguro de sí en la realización de tareas y actividades y en la relación con las demás personas. Conlleva asertividad al juzgar y expresarse y la aceptación natural de observaciones y críticas.

3.2. Confianza en las demás personas.

Actitud habitual de valoración positiva, respeto y escucha activa hacia las personas de su entorno. Apertura a la cooperación y a la amistad, sin especiales restricciones; interés por los problemas, puntos de vista y necesidades ajenas.

3.3. Equilibrio emocional.

Disposición habitual de reconocer, poner nombre a sus sentimientos y emociones, y manifestarlos de forma adecuada. Supone asertividad y estabilidad de ánimo.

3.4. Autocontrol.

Dominio consciente y voluntario de las propias decisiones y comportamiento, regulando sus impulsos y manifestando equilibrio personal y relacional. El comportamiento no es reactivo ni caprichoso, ni está a merced de los estímulos de agrado y desagrado, las ganas y las desganas... Supone la capacidad efectiva de regular tendencias consumistas excesivas. La impresión que produce es de equilibrio y serenidad.

4.–Hábitos y valores que favorecen el compromiso con las personas y la sociedad.

4.1. Solidaridad, generosidad y altruismo.

Capacidad de sentir y asumir como propias las necesidades ajenas, disposición natural de ayuda y cuidado hacia las demás personas, incluso de posponer el propio interés por el ajeno, y de compartir conocimiento, objetos y tiempo cuando alguien lo necesita.

4.2. Cooperación, colaboración, compromiso social.

Disposición natural a prestar ayuda y a contribuir junto con otras personas al bien común y a la mejora del entorno. Desde un sentido de pertenencia al grupo y sin perder personalidad, se siente responsable de las tareas y funcionamiento del mismo, aporta sus potencialidades personales, asume iniciativas, ocupa su lugar, muestra interés por colaborar asociativamente y se presenta voluntariamente para realizar servicios a otras personas.

4.3. Proactividad y optimismo.

Disposición habitual de la persona para sobreponerse a las dificultades, para afrontar y superar contratiempos de forma positiva y alcanzar nuevas metas, y para ofrecerse a resolver problemas. Supone alentar a otras personas, evitar frases negativas que desanimen o puedan ofender. Implica así mismo persistir en una actividad o actitud positiva aunque cueste.

4.4. Disposición favorable hacia la justicia.

La justicia consiste en dar a cada persona lo que le corresponde y pedirle lo que puede dar. Supone asumir derechos y responsabilidades, atender y comprender las posiciones de los demás y exponer las propias respetuosa y asertivamente. Emitir juicios con criterios rectos y verdaderos, basándose en el conocimiento de los hechos y ponderando las consecuencias, mediante un ejercicio de reflexión antes de juzgar. Ser personas veraces y honradas.

Implica respetar el patrimonio y el bien común. No permanecer impasibles y fomentar la firmeza ante las injusticias. Rechazar la violencia como modo de comportamiento. Asumir y fomentar hábitos de participación democrática y la capacidad de apertura a las personas: escucha atenta y diálogo como punto de entendimiento. No dejarse arrastrar por la competitividad insana, el mero interés propio o el capricho.

EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

1.–Indicadores referidos a hábitos y valores que facilitan la convivencia en el ámbito educativo.

1.1. Tolerancia y respeto hacia las personas.

Reconocimiento del valor y la dignidad de todas las personas y tratarles de acuerdo con ese valor. Reconocer sus derechos. Aceptar sus peculiaridades y diferencias y escuchar de forma activa sus opiniones, valorarlas y manifestar acuerdo o desacuerdo sin intentar imponer las propias.

1.–Nivel mínimo:

Es poco sensible a la presencia y necesidades de otras personas. Su comportamiento es fundamentalmente egocéntrico. Unas veces llega a mostrar violencia, rebeldía, y en otras pasividad. Interrumpe a otras personas cuando hablan, no las escucha, quiere salirse con la suya y no acepta de buen grado cuando se le hace alguna observación o se le corrige. Antepone sus intereses a los ajenos. En el aula suele tener comportamientos disruptivos e incluso conatos de agresiones verbales e incluso físicas. Rechaza la diversidad y peculiaridades de los demás.

Conductas habituales de este nivel:

–Reacciona negativamente ante las diferencias y peculiaridades de las demás personas. Como respuesta negativa más radical se pueden llegar a observar expresiones hirientes e incluso comportamientos xenófobos, sexistas o de cualquier índole discriminatoria.

–No tiene en cuenta los sentimientos de sus compañeros; utiliza la burla o el sarcasmo para referirse a compañeros y adultos que no acepta.

–No atiende a las razones e informaciones de los demás. No escucha.

–Busca con frecuencia llamar la atención.

–No sabe esperar y busca la inmediatez. Exige siempre a los demás e incluso lo hace gritando.

2.–Nivel bajo:

Aparenta ser sensible a las necesidades ajenas, aunque en el fondo antepone sus intereses a los de las demás personas y tiende a buscar justificaciones y excusas. Habitualmente le cuesta valorar y respetar a sus compañeros, sobre todo si no son sus amigos. Con cierta frecuencia reconoce sus faltas si alguien le hace caer en la cuenta de ello.

Conductas habituales de este nivel:

–Tiene en cuenta únicamente los sentimientos de sus amigos/as.

–Con frecuencia realiza comentarios despectivos sobre compañeros y compañeras.

–Puede comprender que otras personas piensen diferente, pero le cuesta aceptarlo.

–Quiere que prevalezca lo suyo, y busca estrategias para ello. Se impacienta si no consigue lo que quiere.

–Aparentemente escucha, pero en el fondo va a lo suyo (“oye” pero no “escucha”). Acepta en principio las correcciones, pero repite actitudes y conductas inadecuadas.

3.–Nivel medio:

Reconoce que las demás personas tienen sus intereses y necesidades pero a veces le cuesta aceptarlo, aunque lo admite cuando se le hace notar o se ve presionado por el grupo de iguales. Es capaz de pedir perdón, pero con facilidad repite la actuación. Valora y respeta a sus compañeros/as casi siempre, y desde luego en contextos en los que hay personas adultas que regulan la interacción.

Conductas habituales de este nivel:

–Tiene en cuenta los sentimientos ajenos cuando se encuentra en sintonía con el grupo de iguales o se le recuerda.

–Respeta en general la opinión de los compañeros o compañeras en contextos formales e informales.

–No busca habitualmente ni por encima de todo sus intereses y suele reconocer los de los demás.

–Escucha y sabe esperar, siempre que se halle en un contexto motivador o acorde con sus intereses.

–Casi siempre controla la impaciencia cuando no consigue lo que desea.

4.–Nivel medio-alto:

Reconoce con normalidad que las demás personas tienen sus intereses y necesidades, respeta las creencias y pensamientos de los demás. Es capaz de oponerse al gran grupo de forma respetuosa si está convencido de sus argumentos. Es capaz de rectificar, y en su caso pedir perdón. En general valora y respeta a todas las personas: profesorado, personal del centro, a sus compañeros/as .., les escucha y suele ayudar con gusto si se lo piden.

Conductas habituales de este nivel:

–Tiene en cuenta los sentimientos y necesidades ajenas, en el contexto escolar, tanto en clases como en pasillos y recreos.

–Respeta las indicaciones del profesorado y la opinión de los compañeros en diferentes contextos, estén o no regulados por adultos.

–Habitualmente escucha y sabe esperar.

–Normalmente controla la impaciencia cuando no consigue lo que desea, pide perdón si no trata bien a alguien o se manifiesta inadecuadamente.

–Con cierta frecuencia ayuda a otras personas y reclama que se les respete. Percibe los comportamientos contrarios al respeto y la tolerancia y los rechaza, aunque no siempre lo manifieste ante el gran grupo.

5.–Nivel alto-óptimo:

Reconoce que las demás personas tienen sus intereses y necesidades, valora positivamente la diversidad (sexo, raza, creencias, religiones, nacionalidades, etc.), tanto en el aula como fuera de ella. Implica a sus compañeros/as a favor de conductas prosociales. Es capaz de rectificar y, en su caso, de disculparse, y lo propicia también en el grupo. En general valora y respeta a todas las personas: estudiantes, profesorado, personal del centro... y lo considera como una actitud normal.

Conductas habituales de este nivel:

–Tiene en cuenta los sentimientos y necesidades de las demás personas, en cualquier contexto. Es sensible a los problemas de los demás.

–Respeta la opinión de los compañeros o compañeras y las indicaciones del profesorado, e invita a los demás a hacerlo también.

–Habitualmente escucha y sabe esperar, anima a los compañeros/as a seguir la misma conducta.

–Se muestra paciente y comprensivo, con actitudes positivas cuando no consigue lo que desea. En los conflictos es siempre una persona dialogante y constructiva.

–Perdona con facilidad a los demás y suele pedir disculpas de forma espontánea y cordial si comete algún error en el trato.

–Es una persona abierta a relacionarse con compañeros o compañeras de perfiles diversos y considera una riqueza trabajar en equipo con otras personas aunque no sean sus amigos o compartan sus intereses.

1.2. Respeto a las normas.

El alumno o alumna muestra una aceptación e interiorización de las pautas de comportamiento establecidas en el aula, en actividades lúdicas y deportivas y en la convivencia en general, y las asume como propias. Está dispuesto/a a cumplirlas e incluso a velar por su cumplimiento.

1.–Nivel mínimo:

Pese a conocer las normas no las cumple, se muestra indócil ante ellas. Su comportamiento es fundamentalmente rebelde, no cumple las normas y/o trata de interpretarlas siempre a su favor. Cuando se le requiere pone excusas, cuestiona las normas y se niega a acatarlas.

Conductas habituales de este nivel:

–No respeta las normas aprobadas en el centro o en clase.

–Llega habitualmente tarde a clase, no es puntual.

–Interrumpe el ritmo de la clase con comentarios inoportunos. No se atiene al turno de palabra.

–No sabe trabajar en silencio ni con ritmo u orden. Levanta la voz y alborota en el aula de forma habitual; corre por los pasillos sin mirar si molesta o estorba a las demás personas.

–Su indumentaria no se ajusta a las normas establecidas en el centro.

–Utiliza en el centro dispositivos TIC no autorizados o en momentos no permitidos.

2.–Nivel bajo:

Respeta selectivamente las normas, atendiendo a aquellas que más le interesan o desea. Cuando una persona adulta se lo advierte, tiende a cumplirlas, sobre todo cuando ve que, de no hacerlo, puede ser reprendido o sancionado.

Conductas habituales de este nivel:

–Respeta selectivamente algunas normas y pautas de conducta.

–En ocasiones llega tarde y no es puntual.

–Trabaja en silencio sólo en breves periodos de tiempo.

–Corre por los pasillos y alborota cuando ve que no hay vigilancia o presencia de personas adultas.

–A veces utiliza en el centro dispositivos TIC no autorizados o en momentos no permitidos.

3.–Nivel medio:

Reconoce la necesidad de establecer normas y reglas, ve necesario exigir su cumplimiento. Suele cumplir las normas, pero a veces con actitud poco convincente y pidiendo explicaciones. Tiende a cumplir un tipo de normas, mientras que frente a otras a veces le cuesta ser tan dócil.

Conductas habituales de este nivel:

–Trabaja en silencio, pero a veces se entromete en el trabajo y la actitud de sus compañeros/as.

–Procura no gritar ni hablar en voz alta, pero cuando “baja la guardia”, lo hace.

–Suele respetar pautas, aunque a veces se deja arrastrar por otras personas, y de vez en cuando ríe las gracias o se mimetiza pasivamente con el grupo.

–Cuando se le pide colaboración para establecer normas suele colaborar pero con poco convencimiento y ciertas rémoras.

–En general no llama demasiado la atención y su comportamiento es aceptable, sobre todo cuando una persona adulta o el ambiente le ayudan a ello.

4.–Nivel medio-alto:

Tiende hacia la autorregulación en el cumplimiento de las normas, no necesita la supervisión del adulto. Acostumbra a mostrar una actitud positiva hacia el cumplimiento de las normas. Suele colaborar en su establecimiento y aplicación, aunque a veces sea atendiendo a indicaciones o con la ayuda de un ambiente favorable para ello.

Conductas habituales de este nivel:

–Habitualmente cumple las normas del centro y del aula.

–Trabaja en silencio, aunque alguna vez se distraiga con estímulos externos.

–Procura no gritar ni hablar en voz alta.

–Se comporta con deportividad.

–Suele colaborar a la hora de establecer normas, pero alguna vez le viene bien el estímulo y motivación de una persona adulta o del grupo.

5.–Nivel alto-óptimo:

Muestra una conducta proactiva a la hora de elaborar las normas que rigen el comportamiento en el aula y en otros espacios vitales. Se implica en el establecimiento y cumplimiento de las normas y ayuda a los demás a hacerlo. No necesita la supervisión de una persona adulta para cumplir las normas y muestra una actitud positiva hacia éstas. Colabora de buen grado en su establecimiento y aplicación cuando se le requiere.

Conductas habituales de este nivel:

–Cumple las normas cotidianas y anima a los demás a hacerlo.

–Trabaja en silencio, independientemente del ambiente.

–Se comporta con deportividad en el deporte y los juegos y anima a las demás personas a hacerlo.

–Colabora activamente a la hora de establecer normas, no precisa del estímulo y motivación de una persona adulta.

–Argumenta la necesidad del cumplimiento de la norma y anima al mismo a sus compañeros/as, aunque no tiene reparo en proponer mejoras o modificaciones en las normas establecidas de manera constructiva, cuando lo cree conveniente.

1.3. Cuidado de los materiales y del entorno escolar.

Disposición a hacer buen uso de todos los espacios del centro (aulas, pasillos, patios, baños, fachadas, otras dependencias ..), a tratar adecuadamente el mobiliario y otros elementos auxiliares (carteles, ordenadores, mobiliario deportivo, papeleras, etc.), a cuidar los propios materiales y los ajenos, y a preservar y proteger el entorno y el medio ambiente.

1.–Nivel mínimo:

Apenas cuida sus propios materiales y es poco sensible al mantenimiento y conservación de las cosas de su entorno. Habitualmente tira desperdicios fuera de las papeleras, suele ensuciar dependencias y paredes, y no colabora en el mantenimiento de los espacios comunes e incluso llega y a estropear los objetos o el mobiliario que se encuentran en los mismos.

Conductas habituales de este nivel:

–Manifiesta desprecio por los materiales de clase (maltratando el material, sus lápices o cuadernos, tirando al suelo papeles o comida, dañando o ensuciando mesas o armarios, manchando paredes, haciendo mal uso del agua, del papel higiénico, etc.)

–Provoca desorden en la disposición de las mesas, las sillas, deja descuidadamente sus materiales en las taquillas, o las prendas de abrigo o las mochilas sin colgar en las perchas...

–Los libros que tiene a su cargo están desordenados y sin control, o los pierde con cierta frecuencia.

–No cuida el material propio o ajeno, lo rompe o ensucia. No tiene ningún vínculo con las cosas, no guarda, no ordena, no coloca. No devuelve las cosas que se le prestan.

–Pega portazos, hace mal uso de las dependencias deportivas u otros espacios del centro, golpea, ensucia u ocasiona destrozos en el autobús, los comedores, el mobiliario urbano...

2.–Nivel bajo:

Tiende a cuidar sus cosas personales pero no así las del centro ni las ajenas. Con alguna frecuencia pierde o estropea el material escolar propio y el de sus compañeros o del centro, haciendo mal uso de él. A menudo no utiliza adecuadamente las papeleras y se implica poco en el mantenimiento de los espacios comunes y en el cuidado del mobiliario.

Conductas habituales de este nivel:

–En ocasiones puntuales cuida el material, pero muestra poco interés al respecto.

–Su lugar de trabajo o su taquilla suelen estar desordenados.

–Los libros están desordenados y el material, aunque esté en su sitio, se halla amontonado y no se aprecia interés o atención en su cuidado.

–Se despreocupa de los libros y materiales. Con alguna frecuencia no devuelve las cosas que se le prestan. A menudo descuida o pierde el material.

–Tira papeles y desperdicios al suelo con cierta frecuencia y a menudo no trata bien el mobiliario.

3.–Nivel medio:

Ordena y cuida habitualmente sus materiales, sobre todo si se siente motivado/a. Si se le pide que lo haga y existe supervisión, colabora en mantener la clase ordenada y limpia y cuida las cosas e instalaciones del centro y del entorno.

Conductas habituales de este nivel:

–Ordena los materiales cuando se le demanda.

–Los libros y materiales están ordenados aunque ocasionalmente pierda alguno.

–Normalmente no hace falta recordarle que tiene que recoger su material.

–El material suele estar guardado, pero no siempre ordenado y en buen estado. Si se le recuerda, devuelve las cosas que se le prestan.

–Si se le indica y se le reconoce, colabora en el orden y limpieza general de aula, centro y entorno.

4.–Nivel medio-alto:

El alumno o alumna se esmera generalmente con los materiales propios y se muestra sensible al mantenimiento y conservación de su entorno. Colabora en mantener la clase ordenada y limpia. Manifiesta cierta preocupación espontánea por el cuidado del entorno y por su mantenimiento.

Conductas habituales de este nivel:

–Generalmente cuida los materiales de su propiedad y respeta los comunes y los de otras personas.

–Los libros y el material guardan cierto orden aunque a veces no suele ser el establecido.

–Normalmente devuelve las cosas que se le prestan, y en buen estado.

–Se presta sin quejarse a colaborar con los demás en la limpieza y el orden de la clase.

–Habitualmente manifiesta interés por la limpieza del entorno.

5.–Nivel alto-óptimo:

De manera espontánea y habitual cuida bien el material propio y ajeno. Colabora de buen grado en mantener la clase ordenada y limpia. Manifiesta preocupación por el cuidado del entorno y colabora activamente en su mantenimiento. Tiene conciencia ecológica, siendo consciente de que sus actuaciones relacionadas con el entorno en que se mueve pueden beneficiar o dañar el medio ambiente.

Conductas habituales de este nivel:

–Cuida bien el material, tanto el personal como el de clase.

–Los libros que utiliza y los útiles de trabajo están correctamente ordenados y en buen estado para trabajar.

–Habitualmente cuida y devuelve en buen estado las cosas que se le prestan.

–Colabora en el orden y organización del aula, y en la limpieza y orden de su entorno y en las demás instalaciones y dependencias del centro, en las calles y el mobiliario urbano.

–Optimiza los recursos materiales que están a su alcance y ajusta su uso. Recicla los residuos y tiene interés por el medio ambiente.

1.4.–Amabilidad, gratitud y empatía.

Capacidad de mostrarse agradable y afectuoso con estudiantes, profesorado y personal del centro en general, mostrando sensibilidad hacia las necesidades ajenas, se pone fácilmente en el lugar de las demás personas.

1.–Nivel mínimo:

Es poco sensible a la presencia y necesidades de otras personas, no es del todo amable en el primer contacto con los demás, y no es capaz de percibir las necesidades ajenas ni de ponerse en su lugar. Su comportamiento es fundamentalmente egoísta. Tiene muchas dificultades para manifestar sus sentimientos y opiniones de forma adecuada; habitualmente su trato es áspero y poco cordial.

Conductas habituales de este nivel:

–Es muy individualista en su trabajo, no ayuda nunca a las demás personas. A lo sumo, se relaciona sólo con sus amigos/as.

–No escucha a sus compañeros. Suele comportarse bruscamente en sus relaciones, no trata con amabilidad.

–No quiere reflexionar sobre su mala actuación con otros compañeros. Recibe las correcciones como un ataque.

–No es consciente de sus necesidades ni sentimientos.

–Apenas comprende el lenguaje no verbal.

2.–Nivel bajo:

Tiende a ser amable en la relación con los otros aunque tiene alguna dificultad en percibir sus necesidades, y no llega a involucrarse. A menudo se muestra egoísta y le cuesta ponerse en el lugar de los demás, así como manifestar sus sentimientos y opiniones de forma adecuada. En ocasiones su trato es poco cordial, dando la impresión de enfado.

Conductas habituales de este nivel:

–Se relaciona con su pequeño grupo y excluye a las demás personas haciéndolo explícito.

–Ayuda sólo a sus amistades.

–Escucha a los demás cuando se lo manda una persona adulta.

–No trata con amabilidad si no quiere conseguir algo.

–A veces comprende el lenguaje no verbal, pero no es lo más habitual.

3.–Nivel medio:

Suele ser amable con las demás personas, percibe sus necesidades y es capaz de ponerse en el lugar de los demás, pero si esto supone un esfuerzo personal notable puede no llegar a actuar. Con cierta frecuencia es capaz de manifestar sus sentimientos y opiniones de forma adecuada, e incluso ayuda a sus compañeros. Generalmente es correcto/a en el trato con quienes le rodean, aunque pueden darse ocasionales excepciones.

Conductas habituales de este nivel:

–Trata con amabilidad frecuentemente.

–Se relaciona más bien con su grupo y, aunque no excluye a las otras personas, no siempre las busca ni les invita a participar.

–Ayuda a los demás con alguna frecuencia.

–Escucha a los demás según los propios intereses o en determinados momentos.

–Comprende el lenguaje no verbal aunque algunas veces lo ignora.

4.–Nivel medio-alto:

Generalmente se muestra amable con las personas del entorno, es sensible a sus necesidades. Habitualmente es capaz de ponerse en lugar de los demás, de manifestar sus sentimientos y opiniones de forma adecuada, de escuchar y entender sus problemas y motivaciones. Habitualmente presta ayuda, es una persona afable y afectuosa con las quienes le rodean.

Conductas habituales de este nivel:

–Está pendiente de sus compañeros y apoya a otros con frecuencia.

–A menudo reflexiona sobre si su forma de actuar con respecto a otros es la adecuada.

–Generalmente escucha a sus compañeros y es amable con todos.

–Da las gracias por los favores o atenciones que le muestran los demás.

–Comprende el lenguaje no verbal cordial, lo utiliza habitualmente y sabe expresar lo que siente con eficacia y naturalidad.

5.–Nivel alto-óptimo:

Es habitualmente sensible a la presencia y necesidades de otras personas. Se interesa por los motivos que han llevado a los demás a actuar de una determinada manera. Se pone en el lugar de la otra persona, intuye sus necesidades, ayuda y participa de forma activa en la búsqueda de las soluciones. Sabe identificar y aprovechar las oportunidades comunicativas que ofrecen otras personas. Es habitualmente afable y afectuoso/a.

Conductas habituales de este nivel:

–Invita a otras personas a formar parte del grupo cuando las ve solas y apoya a los demás en la realización de tareas.

–Escucha a sus compañeros/as y los trata con amabilidad.

–Da las gracias y pide por favor las cosas.

–Es consciente de sus necesidades y las expresa. Reflexiona sobre su manera de pensar y sentir respecto a sus compañeros.

–Se identifica con lo que otros compañeros o compañeras sienten (tristeza, dolor, alegría...) Utiliza el lenguaje no verbal con afectividad.

2.–Indicadores referidos a hábitos y valores que facilitan el trabajo y el estudio

2.1. Organización y planificación.

Capacidad de pararse a pensar en la actividad que se va a realizar, de distribuir de manera adecuada el tiempo disponible, las tareas y lugares, los medios y materiales que se van a utilizar. Tendencia habitual a estructurar las ideas y a organizar sus cosas.

1.–Nivel mínimo:

Tiene muchas dificultades para organizarse. Su comportamiento en estos aspectos se caracteriza por el desorden y en ciertos casos raya con el caos. Muestra una actitud marcadamente impulsiva. Carece de un plan de trabajo establecido y cuando trabaja lo hace de forma esporádica y sin seguir un horario o plan determinado.

Conductas habituales de este nivel:

–No recoge ni organiza el material que utiliza.

–No lleva al día la agenda.

–No organiza el tiempo de las actividades que realiza, improvisa y se despista con facilidad.

–Pospone las tareas y actividades que menos le gustan, llegando incluso a no realizarlas.

–Todo le da pereza, siembre busca excusas y llega a mostrarse irascible si se le demanda mejorar en su trabajo, su orden de vida u organización.

2.–Nivel bajo:

Tiene bastantes dificultades para organizarse. Su comportamiento en estos aspectos se caracteriza por cierto desorden y pereza. Cuando se pone a trabajar lo hace con un plan de trabajo muy básico que luego no lo lleva a cabo. Le cuesta seguir un horario, necesita la supervisión de una persona adulta para organizarse, adquirir hábitos y método y planificar su trabajo.

Conductas habituales de este nivel:

–A veces recoge y ordena el material que utiliza, siempre y cuando exista supervisión por parte de una persona adulta.

–Lleva más o menos al día la agenda, pero de forma poco sistemática. No es una herramienta operativa para su trabajo, es más un aspecto formal u obligación.

–Pese a que intenta planificar, no lo consigue, enseguida abandona.

–Intenta organizar el tiempo de la actividad, pero se despista o desiste con cierta facilidad.

3.–Nivel medio:

Es capaz de organizarse con la supervisión del profesorado o la familia. Trae habitualmente el material necesario para realizar las actividades escolares. Suele elaborar un plan de trabajo personal y generalmente lo sigue, pero le viene bien la ayuda y el control de una persona adulta. El ambiente puede ayudarle (o estorbarle) a trabajar con orden y con previsión.

Conductas habituales de este nivel:

–Recoge y ordena el material que utiliza con cierta autonomía.

–Lleva al día la agenda, calendario de trabajo o equivalente, aunque esporádicamente pueda olvidarse de apuntar algo.

–Planifica su trabajo siguiendo pautas adecuadas, a veces con ayuda del orientador, tutor, el profesorado o la familia. Prevé el tiempo de duración de las actividades que realiza.

–Aunque suele estudiar a tiempo, con alguna frecuencia lo hace en el último momento, ante la proximidad de exámenes, etc.

4.–Nivel medio-alto:

Es capaz de organizarse con autonomía. Normalmente no requiere la supervisión de una persona adulta. Trae el material necesario para realizar las actividades escolares. Es capaz de elaborar un plan de trabajo con cierta eficacia. Se marca un horario y lo sigue. Colabora con otras personas a la hora de organizar el trabajo o la actividad.

Conductas habituales de este nivel:

–Recoge y ordena el material que utiliza con cierta autonomía, no es preciso que se le indique cómo y dónde hacerlo.

–Lleva al día la agenda con eficacia.

–Planifica su trabajo siguiendo las pautas marcadas.

–Organiza el tiempo de la actividad y tiene previsto su desarrollo, los materiales necesarios...

–Suele estudiar a tiempo, no es normal que lo haga en el último momento.

5.–Nivel alto-óptimo:

Es capaz de organizarse autónomamente. No requiere la supervisión de una persona adulta. Es muy organizado/a. Trae siempre el material necesario para realizar las actividades escolares. Es capaz de elaborar un plan de trabajo con autonomía. Conoce sus hábitos y habilidades en el estudio y suele tener un buen método de trabajo. Se marca un horario y lo sigue, aunque también es capaz de adaptarlo a situaciones imprevistas. A la hora de realizar las tareas actúa de forma reflexiva y además lo hace con gusto y satisfacción. Cuando trabaja en equipo marca una impronta en aspectos de organización y planificación

Conductas habituales de este nivel:

–Utiliza, recoge y ordena el material con plena autonomía. Manifiesta especial esmero por hacer las cosas bien.

–Lleva al día la agenda o calendario de trabajo con eficacia, anima a otros compañeros y compañeras a hacerlo.

–Planifica su trabajo y su ocio de forma autónoma y eficiente.

–Organiza el tiempo de la actividad con criterios realistas y cumple sus previsiones. Sabe descansar a su debido tiempo y forma.

–En el trabajo en grupo o equipo, marca impronta positiva en los aspectos organizativos y de planificación.

2.2. Interés y atención.

Capacidad efectiva de dirigir la propia actividad, de automotivarse, de marcarse metas y de reflexionar acerca de los medios para alcanzarlas, centrando el pensamiento de manera activa en lo que se le dice y en lo que tiene que hacer. Poner empeño, mostrar sana curiosidad y deseo de profundizar en el aprendizaje.

1.–Nivel mínimo:

Presenta muchas dificultades para mantener la atención. Tiende a distraerse con mucha facilidad. Habla y se mueve continuamente. Es una persona muy inquieta. Se muestra impulsivo/a y poco constante, no controla sus intervenciones, que pueden ser intempestivas. Manifiesta poco interés en clase y poca curiosidad.

Conductas habituales de este nivel:

–No realiza las tareas ni las actividades de clase (tampoco en su casa, según testimonio de la familia).

–No participa en el desarrollo de la clase ni hace preguntas. Muestra indolencia, desmotivación, pasividad.

–No sigue el hilo de una conversación grupal.

–Se distrae con suma facilidad e interviene de manera inoportuna.

–Es necesario reclamar su atención en periodos cortos de tiempo.

2.–Nivel bajo:

Muestra bastantes dificultades para mantener la atención. Tiende a distraerse con mucha facilidad. Habla y se mueve con cierta frecuencia. Se comporta como una persona inquieta, muestra impulsividad y es poco constante. Suele perder el interés en clase y manifiesta poca curiosidad.

Conductas habituales de este nivel:

–Es bastante inconstante en la realización de las tareas y las actividades de clase y de casa.

–Participa poco en el desarrollo de la clase, dependiendo del interés.

–No hace preguntas o si las hace son poco pertinentes al tema.

–En una conversación grupal desconecta de vez en cuando, aunque la sigue más o menos. Interrumpe con cierta frecuencia.

–Se distrae con bastante facilidad y es necesario reclamar su atención con cierta insistencia. El estudio carece de alicientes para él o ella; le resulta poco estimulante.

3.–Nivel medio:

Mantiene la atención generalmente. Tiende a controlar sus distracciones. Habla e interviene cuando procede, aunque algunas veces pueda hacerlo en momentos inoportunos. Muestra una actitud de cierta tranquilidad. Controla su impulsividad y suele ser constante. Muestra un interés razonable en clase y manifiesta cierta curiosidad.

Conductas habituales de este nivel:

–Suele realizar las tareas y las actividades de clase.

–Participa de forma moderada en el desarrollo de la clase, dependiendo de su interés.

–Hace pocas preguntas y normalmente suelen ser pertinentes al tema.

–En una conversación grupal desconecta de vez en cuando, aunque suele seguirla.

–Se distrae de vez en cuando, pero no es necesario reclamar su atención habitualmente. Se muestra motivado/a con bastante frecuencia.

4.–Nivel medio-alto:

Presta atención generalmente. Controla sus distracciones y habitualmente está atento/a en clase y en las actividades. Habla e interviene habitualmente y cuando procede. Muestra una actitud de cierta tranquilidad activa. Sabe estar. Controla su impulsividad y suele ser constante. Mantiene bastante interés en clase y demuestra un notable deseo de aprender y conocer.

Conductas habituales de este nivel:

–Suele realizar las tareas y las actividades de clase.

–Participa de forma activa en el desarrollo de la clase, sea cual sea el tema.

–Hace preguntas pertinentes.

–Habitualmente sigue las conversaciones grupales con interés y gusto.

–Se distrae poco. Muestra una atención activa y mantenida.

5.–Nivel alto-óptimo:

Mantiene prácticamente siempre la atención. Controla sus distracciones y habitualmente está atento/a en clase y en las actividades. Contribuye activamente a que los demás también lo hagan. Habla e interviene cuando procede y lo hace habitualmente. Muestra habitualmente una actitud de tranquilidad activa. Contribuye con su actitud a crear un clima de aula tranquilo y relajado. Controla su impulsividad y suele ser constante. Muestra un interés alto en clase y manifiesta un destacado deseo de aprender y conocer.

Conductas habituales de este nivel:

–Realiza siempre las tareas y las actividades de clase.

–Participa activamente en el desarrollo de la clase, sea cual sea el tema y lo hace con gusto y satisfacción creando un clima propicio a la participación y al trabajo.

–Hace preguntas apropiadas y sugerentes, proactivas. Suele pedir ampliación o realización de nuevas tareas en clase, busca e indaga por su cuenta.

–Sigue siempre las conversaciones grupales con interés y gusto.

–Casi nunca se distrae. Tiene una atención mantenida en las actividades.

2.3. Constancia y perseverancia.

Hábito de concluir bien lo que se ha emprendido, de poner los medios precisos para alcanzar lo propuesto y llevar a cabo las propias decisiones, de ser firme en los compromisos y de superarse ante las dificultades sin cambiar de propósito y de comportamiento a pesar de eventuales dificultades, fracasos o pérdidas de motivación. Implica espíritu de superación permanente, asiduidad y regularidad en el trabajo personal y en las actividades colectivas. Saber esperar, sin estar sometido de manera impaciente a la inmediatez.

1.–Nivel mínimo:

Se desanima muy fácilmente, comienza una tarea y la deja a medias. Su motivación es muy pobre, al igual que su nivel de trabajo: no realiza las tareas escolares con regularidad y en el trabajo en el aula necesita supervisión para que no lo deje sin terminar. Tiende a abandonar la tarea ante la menor dificultad. Se apunta a distintas actividades pero dura poco tiempo en ellas. No tiene claros sus objetivos y su esfuerzo es mínimo. Se cansa de la actividad lúdica y deportiva si ésta requiere un esfuerzo.

Conductas habituales de este nivel:

–No es capaz de enfrentarse a las dificultades y opta por mecanismos de evasión. Culpa a las demás personas de sus fracasos.

–No se esfuerza y ante la mínima dificultad protesta, desiste y cambia de tarea. No suele realizar las tareas escolares.

–Le cuesta interesarse por nuevos temas.

–No se marca retos ni metas.

–Su ritmo de trabajo es desigual siendo casi siempre lento y desganado, falto de interés.

2.–Nivel bajo:

Se desanima fácilmente pero es capaz de terminar alguna tarea de las que empieza si le supervisa una persona adulta. Su motivación es pobre y extrínseca, necesita una recompensa inmediata para perseverar en la tarea. No tiene claros sus objetivos y apenas se esfuerza. Con frecuencia deja los trabajos a medias. Tiene un rendimiento irregular dependiendo de las materias y el apoyo que reciba. Si se ha apuntado a alguna actividad extraescolar tiende a abandonarla si le supone demasiado esfuerzo.

Conductas habituales de este nivel:

–No realiza habitualmente las tareas escolares.

–No se enfrenta a las dificultades, protesta y tiende a mostrarse como víctima.

–Se esfuerza poco ante las dificultades, no persevera, lo intenta una vez y, si no sale, abandona.

–Tiende a solicitar ayuda de forma habitual para el desarrollo de sus tareas, mostrando cierta dependencia.

–Se aprecia cierta actitud caprichosa a la hora de hacer o no hacer las cosas y tareas que se le encomiendan.

3.–Nivel medio:

Trabaja de forma regular en el aula y habitualmente termina las tareas que se le proponen, si bien bajo cierta dirección. Tiene un nivel de motivación aceptable y persevera en la tarea aunque no haya recompensa inmediata. Con frecuencia estudia y realiza las tareas diarias con un nivel de ejecución correcto, pero le beneficia la ayuda externa. Mantiene un nivel aceptable de trabajo y esfuerzo aunque a medida que avanza el curso, puede verse tentado/a por el cansancio o la desgana si no recibe estímulos.

Conductas habituales de este nivel:

–Se enfrenta a las dificultades pero con alguna frecuencia precisa o busca alguna ayuda externa.

–En general se esfuerza, pero sólo se esmera de verdad en aquello que realmente le interesa.

–Habitualmente su ritmo de trabajo es adecuado y tiende a ser estable.

–Si no tiene premios o recompensas inmediatas puede desanimarse.

–Tiende a sólo “cumplir” y conformarse con los mínimos si no se le exige más. Suele estudiar “para aprobar”.

4.–Nivel medio-alto:

Cumple satisfactoriamente en su estudio. Hace sus tareas con autonomía y de forma regular desde el principio al final de curso. Normalmente no se desanima ante las dificultades y tiende a superarlas, y suele emplearse con dedicación en la realización de la tarea. Generalmente es capaz de mantener la motivación a lo largo del tiempo. Tiene claros los objetivos a conseguir y se esfuerza habitualmente por lograrlos.

Conductas habituales de este nivel:

–Afronta las dificultades y en general cumple bien con las expectativas, y raramente tira la toalla.

–Se esfuerza y lo intenta, es voluntarioso, procura cumplir con lo que se le manda o encomienda y, si puede exigirse algo más, suele hacerlo.

–Se interesa de vez en cuando por nuevos temas por iniciativa propia y, si encajan con sus objetivos e intereses, se apresta a abordarlos.

–Realiza sus tareas, y termina con notable esmero las actividades que emprende.

–Suele trabajar con regularidad, sin necesidad de incentivos inmediatos.

5.–Nivel alto-óptimo:

Trabaja de forma regular y autónoma, realiza sus tareas y estudia con regularidad. No necesita que se le motive desde fuera. Tiene claros los objetivos a conseguir y mantiene un alto nivel de trabajo y esfuerzo. Es una persona resiliente, que busca superarse a sí misma, las dificultades no le hacen abandonar, sino que se crece y busca soluciones, implicándose en ello con firmeza. Manifiesta afán de superación. Es capaz de mantener la motivación a lo largo del tiempo aún cuando los resultados no sean los apetecidos.

–Persevera con normalidad y esmero en su trabajo y persiste hasta que lo consigue.

–Su ritmo de trabajo es muy bueno y normalmente no desfallece.

–Afronta las dificultades con alegría y lucha por conseguir lo que quiere.

–Le gustan los nuevos retos y aprender lo que no sabe. Busca caminos diferentes y distintas soluciones para llegar a su objetivo. Le gusta superarse.

–Es capaz de intentar y repetir una acción muchas veces, volviendo a empezar si es preciso, hasta que logra su objetivo.

2.4. Responsabilidad.

Capacidad efectiva de decidir razonadamente y ser dueño/a de los propios actos, de asumir sus consecuencias, y de ocuparse de las tareas y bienes que están al propio cargo, previendo y evitando las imprudencias. Tomar decisiones cuando se requiere. Controlar adecuadamente la propia conducta. Realizar con esmero el propio trabajo.

1.–Nivel mínimo:

Actúa de forma impulsiva, no reflexiona acerca de sus actos, no los planifica, no asume la autoría de los mismos y las consecuencias que de ellos puedan derivarse. No tiene cuidado con lo que dice, no es consciente de la repercusión de sus palabras y que con ellas puede hacer daño. Su comportamiento es caprichoso. Hace promesas o declaraciones de intención que luego no cumple. A menudo, por desidia, olvida, pierde y/o estropea el material escolar u otros objetos.

Conductas habituales de este nivel:

–No es consciente de sus actuaciones incorrectas. No se para a prever lo que va a hacer ni sus consecuencias, ni reconoce si ha hecho algo mal y que deba reparar lo que, en su caso, hubiera dañado.

–No tiene control de sus cosas y en ocasiones ni las reconoce como suyas.

–Deja sus materiales tirados, no recuerda dónde los deja.

–Siempre tiende a justificarse y a echar la culpa a otras personas buscando diferentes razones y excusas cuando no cumple con aquello a lo que se ha comprometido.

–No hace las tareas escolares ni colabora en las de la casa, y hay que recordarle continuamente que las realice, necesitando la advertencia permanente de una persona adulta para que las llegue a hacer.

2.–Nivel bajo:

Es capaz de planificar sus acciones pero no tanto de prever las consecuencias de éstas. Le cuesta tomar decisiones y llevarlas a la práctica. Su comportamiento es caprichoso. A veces tiene dificultades para asumir la autoría de sus actos y sus efectos, aún cuando haya sido cogido “in fraganti” y haya testigos. Con frecuencia tiende a echar la culpa a las demás personas. A menudo hace promesas o declaraciones de intención que luego no cumple. Olvida, pierde y/o estropea el material escolar u otras cosas por desidia. Con frecuencia no hace las tareas escolares ni pone esmero al realizarlas, no colabora en las de la casa y hay que recordarle muchas veces que las realice, necesitando el control de una persona adulta para ello.

Conductas habituales de este nivel:

–Sabe lo que no hace bien, pero no reflexiona sobre ello ni es capaz de rectificar.

–Elude tomar decisiones.

–Le cuesta asumir compromisos acerca de cualquier tarea, la olvida. Echa las culpas a otras personas por sistema.

–No pone esmero en la realización de las tareas, tiende al desorden y la desorganización.

–No suele cuidar el material ni se preocupa de él.

3.–Nivel medio:

Es capaz de planificar y controlar sus acciones pero no tanto de evaluarlas. Con frecuencia asume la autoría de sus actos y sus consecuencias, aunque esporádicamente puede tratar de excusarse. Suele cumplir con sus obligaciones aunque en ocasiones haya que recordárselas. Con frecuencia admite sus errores y trata de corregirlos y no tiene reparos en pedir perdón si se le invita a ello por parte de personas adultas. Estudia y hace las tareas a diario con cierta supervisión de personas adultas.

Conductas habituales de este nivel:

–En general cumple con sus obligaciones.

–Sabe cuándo sus acciones son incorrectas y reflexiona cuando se le advierte.

–Por lo general, cuida bastante bien sus materiales y objetos personales, especialmente cuando alguien se lo indica.

–Ordena sus cosas y cumple los plazos, sobre todo si hay intervención exterior.

–Pone esmero en lo que hace si se le exige.

4.–Nivel alto:

Controla sus acciones, es capaz de prever las consecuencias y de evaluar el resultado; rara vez trata de excusarse. No le asusta tomar decisiones y obrar en consecuencia. Suele admitir sus errores y trata de corregirlos. No tiene reparo en pedir perdón si se equivoca y trata de reparar el daño. Estudia y hace las tareas a diario de forma autónoma sin precisar la supervisión de una persona adulta. Pone bastante esmero en lo que hace.

Conductas habituales de este nivel:

–Generalmente se para a reflexionar lo que va a hacer y a anticipar las consecuencias.

–Cuida sus materiales y objetos personales.

–Se esmera bastante en su trabajo y cumple los plazos. Suele ser puntual. Lleva a cabo los compromisos personales adquiridos.

–Asume sus errores sin dificultad y tiende a reparar los daños ocasionados.

–Se organiza bastante bien y planifica su tiempo y sus tareas diarias.

5.–Nivel alto-óptimo:

Controla sus actos, es capaz de prever las consecuencias, planifica sus acciones, evalúa los resultados aprendiendo de sus aciertos y errores y asume las consecuencias de la acción realizada, sin buscar excusas ni culpabilizar a otras personas. Admite sus errores y trata de corregirlos. No tiene miedo a tomar decisiones y a obrar en consecuencia. Habitualmente cumple con esmero y prontitud sus obligaciones. Se ofrece para colaborar en tareas académicas y de la casa. Estudia y hace las tareas a diario de forma autónoma sin precisar la supervisión de personas adultas.

Conductas habituales de este nivel:

–Controla sus actos y asume las consecuencias de los mismos, evita imprudencias y repara los daños ocasionados si hace algo mal.

–Planifica bien su tiempo y sus tareas.

–Cuida sus materiales. Se responsabiliza del cuidado del entorno.

–Es servicial habitualmente, tiene en cuenta la repercusión de sus acciones en el grupo y aporta iniciativas al servicio del bien común.

–Asume e incluso se presenta voluntariamente a puestos de responsabilidad.

3.–Indicadores referidos a hábitos y valores que favorecen el bienestar personal y familiar.

3.1. Autoestima.

Valoración que se tiene de sí mismo o de sí misma. Una autoestima ajustada implica conocer las propias fortalezas y debilidades de manera realista, mostrarse seguro de sí en la realización de tareas y actividades y en la relación con las demás personas. Conlleva asertividad al juzgar y expresarse y la aceptación natural de observaciones y críticas.

1.–Nivel mínimo:

Presenta una imagen negativa de sí mismo/a y muestra muy bajas expectativas propias. Manifiesta mucha inseguridad y poca autoconfianza. Muestra dificultades para afrontar proyectos y actividades debido a su inseguridad y falta de confianza. Depende totalmente de la aprobación de las personas adultas y de los compañeros/as.

Conductas habituales de este nivel:

–Carece de iniciativa para desarrollar tareas, se bloquea con mucha facilidad ante exámenes importantes, exposiciones orales, intervenciones en clase...

–Suele estar triste y no sabe decir por qué.

–Es poco comunicativo con las personas adultas, tanto en el ámbito escolar como en el familiar.

–Tiende a estar siempre con pocos y seleccionados compañeros/as.

–Si se le pregunta, no es capaz de ver ninguna cualidad positiva en sí mismo/a. Tiene una valoración negativa de su imagen. Trata de pasar desapercibido/a.

–Le afectan muy negativamente las correcciones.

2.–Nivel bajo:

Tiene una imagen de sí mismo un poco baja, pero no negativa. Se muestra como una persona insegura y con poca confianza en sí misma en ciertas circunstancias (situaciones poco habituales, actividades difíciles o con cierta presión para él o para ella ..) Tiene dificultades para afrontar proyectos y actividades nuevas debido a su inseguridad y falta de confianza. Valora mucho la aprobación de las personas adultas y de los compañeros y compañeras, aunque a veces es capaz de actuar sin la misma.

Conductas habituales de este nivel:

–No suele tener iniciativa propia para desarrollar tareas, espera que una persona adulta le indique lo que debe hacer. No suele intervenir en clase por miedo a equivocarse.

–Es poco comunicativo/a en general.

–Tiende a estar a menudo con pocos y seleccionados compañeros.

–Suele preguntar con cierta frecuencia al profesor para proseguir su trabajo.

–En general no asume bien las correcciones y muestra físicamente su malestar ante el fracaso.

3.–Nivel medio:

Ofrece una imagen de sí mismo aceptable. Actúa con cierta seguridad y confianza, aunque alguna vez demuestra inseguridades y dudas más allá de lo normal para la edad. Puede afrontar proyectos y actividades nuevas con cierta seguridad, aunque no siempre toma iniciativas propias.

Conductas habituales de este nivel:

–Desarrolla las actividades con cierta autonomía.

–Generalmente acepta bien los comentarios y propuestas de mejora de los profesores y compañeros.

–Tiene un círculo de compañeros y amigos no restringido.

–Relativiza los comentarios negativos de los compañeros y suele seguir sus propios criterios.

–Da sus opiniones con cierta seguridad y confianza en sí mismo.

4.–Nivel medio-alto:

Posee una buena imagen de sí mismo/a. Actúa con seguridad y confianza. Puede afrontar proyectos y actividades nuevas con cierta seguridad, toma iniciativas propias en este sentido. No muestra miedo a equivocarse.

Conductas habituales de este nivel:

–Desarrolla las actividades con autonomía, seguridad e iniciativa.

–No depende totalmente de los comentarios de los compañeros y compañeras para seguir sus criterios.

–Acepta bien los comentarios y propuestas de mejora por parte del profesorado y los compañeros y compañeras.

–Tiene un círculo de compañeros y amigos no restringido, es abierto en su trato.

–Da sus opiniones con cierta seguridad y confianza en sí mismo.

5.–Nivel alto-óptimo:

Muestra una buena imagen de sí mismo/a y actúa con seguridad y confianza. Afronta normalmente proyectos o actividades nuevas con seguridad y toma la iniciativa. Desarrolla un liderazgo con sus compañeros y compañeras, hace propuestas positivas que son generalmente aceptadas. Reflexiona sobre sus fracasos y equivocaciones, que le sirven de acicate en su desarrollo emocional y de carácter.

Conductas habituales de este nivel:

–Desarrolla las actividades con autonomía, seguridad, actitud positiva y constructiva.

–Hace comentarios constructivos en situaciones de tensión.

–Acepta bien y valora positivamente los comentarios y propuestas de mejora del profesorado y compañeros o compañeras.

–Tiene un círculo de compañeros y amistades amplio. Presenta actitudes de liderazgo.

–Sabe expresarse con asertividad. Da sus opiniones con confianza en sí mismo/a y acepta puntos de vista diferentes de manera constructiva. Es muy valorado/a por el grupo de clase y por el profesorado.

3.2. Confianza en las demás personas.

Actitud habitual de seguridad, valoración positiva, respeto y escucha activa hacia las personas de su entorno. Apertura a la cooperación y a la amistad, sin especiales restricciones; interés por los problemas, puntos de vista y necesidades ajenas.

1.–Nivel mínimo:

Muestra suspicacia y serias dificultades para establecer relaciones de cooperación y de amistad. Recela, cree que las demás personas están en su contra. Tiene muchas dificultades para manifestar sus sentimientos y necesidades. No manifiesta interés por lo que cuentan otras personas.

Conductas habituales de este nivel:

–Se producen reacciones desajustadas en las relaciones con los compañeros y compañeras.

–No presta sus cosas porque no se fía de otras personas.

–Tiene dificultades para trabajar en equipo, prefiere hacer los trabajos de manera individual.

–Malinterpreta las actuaciones y opiniones de compañeros y profesorado.

–Rehúye cualquier pregunta que le implique personalmente, por temor a que se le malinterprete, ridiculice o juzgue negativamente.

2.–Nivel bajo:

Tiene algunas dificultades para establecer relaciones de cooperación y de amistad. No se abre normalmente ante las demás personas, aunque de algunas se fía sin problemas. No le gusta manifestar sus sentimientos y necesidades. Manifiesta interés limitado por otras personas.

Conductas habituales de este nivel:

–Le cuesta iniciar una conversación y mantener una relación de compañerismo, colaboración o amistad.

–A menudo antepone sus propios intereses a los del grupo y de la clase.

–Tiene dificultades para trabajar en equipo, pero a veces vence las resistencias y trabaja con las demás personas.

–Malinterpreta en ocasiones las actuaciones y opiniones ajenas.

–Normalmente no le gusta hablar de sí mismo/a, por miedo a que se rían o le juzguen negativamente.

3.–Nivel medio:

Tiene en cuenta a las demás personas y establece habitualmente relaciones de cooperación y de amistad. Se fía en general de las demás personas, aunque algo menos si no son conocidas. Normalmente no le importa expresar sus sentimientos y necesidades. Con cierta frecuencia manifiesta interés por otras personas.

Conductas habituales de este nivel:

–No tiene demasiada dificultad para mantener una relación de colaboración, simpatía o amistad.

–Compagina bastante bien sus propios intereses y los intereses del grupo y de la clase.

–Generalmente trabaja en equipo sin problemas.

–Habitualmente tiene un juicio ajustado de las actuaciones y opiniones de compañeros y profesorado.

–Normalmente no tiene miedo de hablar de sus cosas delante de otras personas.

4.–Nivel medio-alto:

No sólo es sensible a la presencia de otras personas, sino que aprecia y valora las relaciones sociales y de grupo. Establece habitualmente buenas relaciones de cooperación y de amistad. Se fía en general de las demás personas. No le importa manifestar sus sentimientos o deseos. Manifiesta alto interés por los problemas y necesidades ajenas.

Conductas habituales de este nivel:

–Le gusta mantener buenas relaciones humanas con otras personas y con amplios grupos.

–Valora las aportaciones y opiniones de las demás personas y compagina sus propios intereses y los intereses del grupo y de la clase. Tiene un juicio ajustado de las actuaciones y opiniones de compañeros y profesorado.

–Trabaja en equipo sin problemas.

–No es proclive a sospechas y temores infundados.

–No tiene miedo a hablar de sus cosas ante otras personas.

5.–Nivel alto-óptimo:

Valora las relaciones sociales y de grupo y es líder para los demás compañeros y compañeras. Establece amplias y buenas relaciones de cooperación y de amistad. Disfruta con ello y contagia actitudes positivas y prosociales. Manifiesta alto interés por otras personas, procura que estén a gusto y que manifiesten sus sentimientos y necesidades.

Conductas habituales de este nivel:

–Le gusta mantener buenas relaciones humanas con las personas y con amplios grupos.

–De ordinario da prioridad a los intereses del grupo respecto a los propios. Tiene un juicio ajustado de las actuaciones y opiniones de compañeros y profesorado.

–Ejerce el liderazgo. Trabaja en equipo y lo dinamiza.

–Valora las aportaciones y opiniones de las demás personas y consigue buen clima de participación.

–Evita momentos de conflicto y cuando se producen procura reconducirlos. Crea un clima en el que todas las personas tienden a hablar, a expresarse con franqueza y actitud positiva.

3.3. Equilibrio emocional.

Disposición habitual de reconocer, poner nombre a sus sentimientos y emociones, y manifestarlas de forma adecuada. Supone mostrar asertividad y estabilidad de ánimo.

1.–Nivel mínimo:

Encuentra dificultades para identificar y expresar sus propias emociones y los efectos que pueden tener, y para conocer sus fortalezas y limitaciones. Pasa bruscamente de un estado de euforia a un estado de tristeza. Es irascible y reacciona con violencia o hundimiento ante situaciones de frustración y se queja a menudo. Cree que el mundo está en su contra, que las demás personas se ríen de él (ella). No admite las correcciones y suele estar a la defensiva, rechazando las situaciones que le generan tensión. Tiene muy poca capacidad para solventar situaciones de estrés, ansiedad o frustración.

Conductas habituales de este nivel:

–No sabe calificar sus sentimientos: no los reconoce y sus reacciones no son proporcionadas. No es consciente de los sentimientos de las demás personas, no le importan.

–No es capaz de regular sus impulsos, ni esperar para obtener algo. Reacciona de forma violenta cuando no consigue lo que quiere.

–No sabe resolver sus conflictos: grita, alborota, incluso llora, agrede verbal o físicamente.

–No tiene sentido del humor, cualquier broma la toma como una ofensa.

–Se comporta de modo desafiante.

2.–Nivel bajo:

Su estado de ánimo es pasable, aunque se enfada con facilidad si le contrarían. A menudo no sabe reconocer sus emociones. No es capaz de analizar fácilmente sus actos. Si algo le contraría echa la culpa a otras personas, no sabe afrontarlo. Cae en el desánimo con facilidad. Alterna una visión optimista y pesimista del mundo en función de actuaciones o situaciones concretas.

Conductas habituales de este nivel:

–Le cuesta controlar sus sentimientos y sus impulsos.

–A veces tiene en cuenta los sentimientos de las demás personas y se comporta con corrección, pero tiende a enfadarse sin motivo proporcionado. Se enfada y pierde formas si no consigue lo que quiere.

–Necesita intervención exterior para resolver sus conflictos.

–No admite bromas aunque en ocasiones las hace.

–Tiende a acaparar la atención.

3.–Nivel medio:

Por lo general ve el mundo de manera realista y constructiva, y muestra equilibrio y estabilidad, pero a veces, si surge algún contratiempo, se desanima y le cuesta levantar el ánimo. Habitualmente expresa y controla de forma aceptable sentimientos y emociones, y reconoce sus propios estados de ánimo, aunque en ocasiones precise para ello la ayuda de personas adultas. Normalmente acepta las opiniones ajenas, muestra tranquilidad y suele reaccionar con serenidad ante situaciones adversas.

Conductas habituales de este nivel:

–Tiene un autoconcepto bastante positivo en general.

–Su comportamiento es razonable, aunque ocasionalmente necesita ayuda exterior para reconocer sus sentimientos y regularlos de forma correcta.

–Cuando lo necesita busca ayuda para resolver sus conflictos.

–No suele enfadarse con facilidad ni muestra impaciencia habitualmente. Respeta normalmente el turno de palabra.

–Generalmente manifiesta empatía. Le gusta gastar bromas y casi siempre suele aceptarlas.

4.–Nivel medio-alto:

Su humor es bastante regular, no presenta cambios bruscos. En general acepta bien las críticas y los halagos. Tiene sentido del humor y sabe reconocer sus fallos e incluso se ríe de ellos. Suele expresar, controlar y manejar adecuadamente sentimientos y emociones. Tiende a la tranquilidad y reacciona con bastante serenidad ante situaciones adversas. Acepta las opiniones ajenas. Ve el mundo de una manera bastante realista y suele tomar decisiones equilibradas. Muestra respeto por sí mismo/a y por las demás personas.

Conductas habituales de este nivel:

–Reconoce sus sentimientos y habitualmente sabe regularlos.

–Normalmente es capaz de resolver sus conflictos de forma adecuada.

–Suele mostrar empatía y manifiesta una notable resiliencia.

–Muestra respeto hacia las demás personas. Habitualmente se muestra alegre.

–Pide lo que necesita sin impaciencia y sabe esperar.

5.–Nivel alto-óptimo:

Sabe relacionar sus sensaciones físicas con sus emociones. Su estado de ánimo es estable. Si le surge un contratiempo (suspender examen, roce con algún compañero o compañera, etc.), sabe tomar distancia y analizar para actuar después. Tiene capacidad para solventar situaciones de estrés, ansiedad o frustración. Se valora como persona y respeta siempre a las demás. Sabe escuchar, acepta opiniones y expresa sus propios sentimientos. Ve las situaciones de manera constructiva, no exenta de realismo y utiliza sus potencialidades para intervenir en su mejora. Toma decisiones equilibradas, valorando su repercusión. Inspira confianza.

Conductas habituales de este nivel:

–Conoce sus sentimientos y los sabe expresar de manera respetuosa y asertiva.

–Reconoce los sentimientos ajenos y obra en consecuencia. Admite bromas y las hace sin faltar al respeto a las demás personas. Incluso es capaz de reírse de sí mismo/a.

–Si necesita algo lo pide de forma adecuada. No busca llamar la atención.

–Sabe esperar para obtener el logro de sus objetivos y propósitos. No se desanima fácilmente ante la contrariedad.

–Resuelve sus conflictos con soltura y de forma positiva. Es paciente. Reconoce sus errores sin problema.

–Optimista, acepta los contratiempos de forma ecuánime y tiende a ser positivo/a en sus valoraciones.

3.4. Autocontrol.

Dominio consciente y voluntario de las propias decisiones y comportamiento, regulando sus impulsos y manifestando equilibrio personal y relacional. El comportamiento no es reactivo ni caprichoso, ni está a merced de los estímulos de agrado y desagrado, las ganas y las desganas .. Supone la capacidad efectiva de regular tendencias consumistas excesivas. La impresión que produce es de equilibrio y serenidad.

1.–Nivel mínimo:

Manifiesta impulsividad, no respeta el turno de palabra, le cuesta tener una atención mantenida. No es capaz de manifestar o inhibir sus emociones de una forma correcta, le cuesta dominar sus reacciones y estados de ánimo. Hace ruidos, se mueve constantemente, busca al compañero o compañera para hablar y distraerse. Dice lo primero que se le ocurre. Es irascible y reacciona con violencia o hundimiento ante situaciones frustrantes. Tiene muchas dificultades para aceptar sus errores. Se deja llevar por el ambiente, las ganas y las desganas.

Conductas habituales de este nivel:

–No es capaz de controlar sus reacciones ni de comunicar con claridad lo que desea. No utiliza el vocabulario apropiado.

–Se deja arrastrar por sus ganas y desganas, se muestra caprichoso/a.

–No ve ni comprende otros puntos de vista. No respeta turnos de palabra.

–No es capaz de enfrentarse a su inseguridad o a sus miedos.

–No sabe decir no cuando la situación lo requiere. Se deja llevar por otras personas o por el grupo.

2.–Nivel bajo:

Tiene ciertas dificultades para controlar (manifestar o inhibir) sus emociones y estados de ánimo. Solamente es capaz de mantener silencio, respetar el turno de palabra y controlar sus impulsos si alguien está supervisando. A veces reacciona con impulsividad desmedida y de forma inapropiada, pudiendo tener enfrentamientos con compañeros y compañeras. Tiene poca capacidad para solventar situaciones de estrés, ansiedad o frustración. Le cuesta aceptar sus errores. Casi siempre actúa por influjo del ambiente.

Conductas habituales de este nivel:

–Sólo en ocasiones es consciente de lo que siente y de dominarlo. Suele dejarse llevar de sus caprichos, sus estados de ánimo y de sus apetencias con cierta frecuencia, sin saber muy bien por qué.

–Le cuesta ver otros puntos de vista diferentes al suyo.

–No se atreve a enfrentarse a muchos de sus miedos y frustraciones sin ayuda.

–Le cuesta decir no a propuestas que no le convienen.

–Ante situaciones adversas se inhibe, se calla, lo cual puede provocarle frustración. En bastantes ocasiones se deja llevar por el grupo.

3.–Nivel medio:

Suele dominar sus impulsos y emociones, generalmente respeta el turno de palabra y cuida su comportamiento en el aula, pero a veces se cansa y le viene bien que le animen. Muestra tranquilidad y reacciona adecuadamente y con serenidad ante situaciones violentas o incómodas, aunque en ocasiones le pueda superar la situación. Es capaz de aceptar sus errores aunque a veces necesite la guía de una persona adulta.

Conductas habituales de este nivel:

–Es consciente de lo que siente y lo expresa con ayuda exterior. Piensa antes de actuar con bastante frecuencia.

–En general es capaz de ver otros puntos de vista y empatiza bastante bien.

–Se enfrenta a sus miedos e inseguridades, pero a veces necesita que se le dé cierta seguridad.

–Con frecuencia sabe decir no a lo que no le parece correcto, incluso aunque le apetezca.

–A veces se deja llevar por el grupo, pero también suele tomar decisiones por sí mismo/a.

4.–Nivel medio-alto:

Sabe comportarse dentro y fuera del aula, espera su turno para hablar y no se distrae ni distrae a nadie en clase. Habitualmente piensa antes de actuar. Muestra habitualmente tranquilidad y reacciona con serenidad ante situaciones violentas o incómodas. Normalmente sabe ponerse en el lugar de las demás personas y actúa de manera respetuosa. Sabe asumir y aceptar sus errores y las consecuencias. En general manifiesta o inhibe sus emociones de una forma correcta.

Conductas habituales de este nivel:

–Es consciente de sus sentimientos y deseos y suele controlarlos.

–Generalmente comunica lo que piensa y desea aunque le cueste. Dice no con claridad a lo que no le interesa o sabe que es incorrecto. Muestra asertividad.

–Ve puntos de vista diferentes al suyo y los valora.

–En general, se enfrenta a sus inseguridades y miedos.

–No se deja llevar fácilmente por el grupo. Muestra fuerza de voluntad y bastante personalidad.

5.–Nivel alto-óptimo:

Habitualmente sabe dominar sus emociones y estados de ánimo, reflexiona antes de tomar una decisión y de actuar. Se comporta de manera estable y reacciona con serenidad ante situaciones violentas, incómodas o que le producen frustración. Muestra una notable asertividad. Acepta con normalidad sus errores y las consecuencias que de ellos se derivan y trata de aprender de ellos. Manifiesta o inhibe sus emociones de una forma correcta. Inspira seguridad, muestra una personalidad asentada.

Conductas habituales de este nivel:

–Es consciente de sus sentimientos, es una persona reflexiva y controla su perturbación (mantiene la calma). Inspira confianza y seguridad.

–Comunica con claridad lo que desea y posee un vocabulario amplio ligado a los sentimientos (enojo, incomodidad, irritación, enfado, ofensa, rabia, ira, alegría, tristeza, pena, gozo, satisfacción).

–Es capaz de aceptar varios puntos de vista y distintas soluciones al hecho acontecido. Sabe ponerse en el lugar de las demás personas.

–Reconoce sus miedos e inseguridades pero no se deprime por ello; al contrario, sabe ver oportunidades de superación y retos de crecimiento personal. Sabe asumir riesgos razonables.

–Sabe decir no cuando algo no le interesa o no le parece correcto y razona ese no, mostrando una personalidad propia y firme. Muestra gran asertividad.

4.–Indicadores referidos a hábitos y valores que favorecen el compromiso con las personas y la sociedad

4.1. Solidaridad, generosidad y altruismo.

Capacidad de sentir y asumir como propias las necesidades ajenas, disposición natural de ayuda y cuidado hacia las demás personas, incluso de posponer el propio interés por el ajeno, y de compartir conocimiento, objetos y tiempo cuando alguien lo necesita.

1.–Nivel mínimo:

Habitualmente, no muestra interés alguno en ayudar a otras personas. Es insensible a sus necesidades. Es renuente a prestar ayuda a los compañeros y compañeras, incluso cuando se lo solicita una persona adulta. No comparte nada o casi nada con nadie y antepone siempre sus intereses propios a los ajenos.

Conductas habituales de este nivel:

–No comparte sus cosas.

–Piensa que tiene derecho prioritario al uso de los materiales y espacios escolares.

–No se muestra sensible ante las necesidades de otras personas y normalmente no renuncia a su tiempo para compartirlo con ellas.

–Antepone sus intereses a los del grupo. No le gusta colaborar en las tareas de la clase.

–No muestra amabilidad ni simpatía hacia compañeros o profesorado.

2.–Nivel bajo:

Tiene dificultades para comportarse con corrección con las demás personas. Es sensible a las necesidades ajenas, aunque prioriza al círculo más próximo de simpatías, y si ayuda suele hacerlo más bien por interés personal. Puede compartir las cosas, pero solamente con sus amistades. El bien del grupo le interesa sobre todo si le conviene.

Conductas habituales de este nivel:

–No presta sus cosas, pero si se le insiste suele hacerlo.

–Cuando ocasionalmente comparte sus pertenencias recuerda continuamente que son suyas, o lo hace a la espera de algún tipo de compensación.

–Si se le razona y se le insiste, colabora en tareas de clase.

–Tiende a ser individualista, con alguna frecuencia pone pegas al trabajo en grupo.

–Percibe las necesidades ajenas, pero no suele ofrecer ayuda de manera espontánea. No ofrece fácilmente su tiempo para ayudar a otras personas.

3.–Nivel medio:

Se comporta habitualmente de manera correcta con las demás personas. Es sensible a sus necesidades y tiende a ayudar, pero a veces le viene bien que le animen a ello. No tiene problemas en compartir sus cosas, aunque no siempre toma la iniciativa. Cuando trabaja en grupo se limita a cumplir con su trabajo y hacer su parte.

Conductas habituales de este nivel:

–Es capaz de ayudar a veces por iniciativa propia y otras porque se le incita a ello.

–Comparte sus cosas y a veces su tiempo.

–Se muestra bastante sensible ante las necesidades ajenas, aunque no se implica excesivamente.

–Aunque no presenta actitudes egoístas, a veces le cuesta un poco anteponer el bien común.

–Con alguna frecuencia se suma a iniciativas a favor de otras personas injustamente tratadas o perjudicadas.

4.–Nivel medio-alto:

Se comporta con amabilidad hacia las demás personas y con frecuencia se expresa de forma positiva, alentadora, a través de un lenguaje adecuado y mediante gestos concretos. Es sensible a las necesidades ajenas y tiende a prestar ayuda; generalmente no antepone el interés propio a las necesidades o derechos de las otras personas. Comparte sus cosas sin problema y a menudo dedica su tiempo para ayudar. Normalmente tiene en cuenta el bien del grupo en sus decisiones.

Conductas habituales de este nivel:

–Tiende a mostrar generosidad con sus cosas.

–Comparte su tiempo y sus conocimientos con sus compañeros y compañeras.

–Presenta habitualmente un comportamiento amable y sensible.

–Se suele dar cuenta cuando otra persona tiene un problema y le ofrece su ayuda.

–Cuando se lo piden ayuda siempre a sus compañeros o compañeras.

5.–Nivel alto-óptimo:

No solamente es amable, sino que se preocupa por las demás personas y es muy sensible a sus problemas y necesidades. Muestra disponibilidad para ayudar y se ofrece voluntariamente a ello. Comparte sus cosas y por propia iniciativa se adelanta a la petición cuando ve una necesidad. No pone impedimento en dedicar su tiempo para ayudar a las demás personas en sus tareas y trabajos. Es sensible cuando observa a alguien triste o con problemas. Por propia iniciativa se acerca e intenta ayudar.

Conductas habituales de este nivel:

–Ofrece sus cosas sin que se lo demanden.

–Muestra atención a las necesidades ajenas y se adelanta en la ayuda.

–Es amable, muestra simpatía y sabe expresar estos sentimientos verbalmente.

–Busca lo mejor para el grupo. Siente como propias las necesidades del grupo.

–No le importa sacrificar su tiempo para ayudar a las demás personas.

4.2. Cooperación, colaboración y compromiso social.

Disposición natural a prestar ayuda y a contribuir junto con otras personas al bien común y a la mejora del entorno. Desde un sentido de pertenencia al grupo y sin perder personalidad, se siente responsable de las tareas y funcionamiento del mismo, aporta sus potencialidades personales, asume iniciativas, ocupa su lugar, muestra interés por colaborar asociativamente y se presenta voluntariamente para realizar servicios a otras personas.

1.–Nivel mínimo:

No se compromete casi nunca con iniciativas, campañas o acciones solidarias que se realicen en el centro o el aula. Además critica o ridiculiza estas iniciativas incitando a no implicarse en ellas. En los trabajos cooperativos, si participa, no se involucra. Tiene como objetivo ganar a cualquier precio. Es una persona competitiva e insensible a problemas, derechos o necesidades ajenas.

Conductas habituales de este nivel:

–No participa en actividades colectivas, claramente las desprecia y se aparta.

–Se niega a asumir responsabilidades en beneficio del grupo próximo o lejano.

–Se muestra egoísta, no es capaz de pensar en realidades y situaciones de necesidad que no sean próximas en el espacio o en el tiempo.

–Rehúye cualquier compromiso con las necesidades ajenas.

–Cuando oye hablar de proyectos o campañas solidarias se muestra insensible.

2.–Nivel bajo:

No muestra oposición a iniciativas solidarias pero tampoco empatía ni interés hacia ellas. No es sensible a la hora de abordar proyectos con sus compañeros o compañeras, aunque tampoco se opone abiertamente. No asume, o asume sólo formalmente, las responsabilidades que se le encomiendan en asuntos de solidaridad o de cooperación.

Conductas habituales de este nivel:

–Es poco sensible a la hora de sumarse a proyectos de ayuda y de solidaridad.

–Le cuesta tomar conciencia de que hay personas que sufren y tienen serias necesidades.

–Se muestra más bien egoísta por lo general.

–Su actitud es más bien pasiva en los proyectos asumidos por el colegio o la clase.

–Acepta pasivamente los compromisos.

3.–Nivel medio:

Tiende a colaborar con las iniciativas de solidaridad y ayuda a otras personas, aunque a veces lo haga más para no ser diferente, por no hacerse notar, que por propia convicción. No es constante ni destaca en su participación, pero suele sumarse a los proyectos con el grupo. De vez en cuando es necesario animarle a asumir responsabilidades a este respecto.

Conductas habituales de este nivel:

–Muestra buenos sentimientos en general hacia las necesidades ajenas, y ve bien que se actúe al respecto, pero en general no suele tomar la iniciativa.

–No es una persona proactiva y le falta algo de ánimo, pero se suma sin problema a la actuación general a favor de otras personas. Suele apoyarse en la acción del grupo.

–Percibe que hay personas que necesitan ayuda y solidaridad, y ocasionalmente asume alguna responsabilidad o iniciativa aislada, pero no suele liderarla.

–Participa, aunque no con destacada convicción, en campañas y acciones solidarias.

–Asume algunas responsabilidades, aunque no siempre es constante en ellas y le viene bien la ayuda y el ambiente emprendedor del grupo.

4.–Nivel medio-alto:

Colabora de buen grado con las iniciativas de solidaridad y ayuda a las demás personas, aunque no siempre toma la iniciativa. Es sensible a las personas que tienen graves carencias y necesidades. Suele ser constante en su participación y asume responsabilidades cuando se le encomiendan. De vez en cuando lidera alguna iniciativa.

Conductas habituales de este nivel:

–Es sensible a las necesidades y privaciones de las personas y muestra predisposición a echar una mano si se le requiere.

–Algunas veces se presenta voluntariamente a realizar servicios en el grupo.

–Participa con cierta frecuencia en proyectos de voluntariado e iniciativas prosociales (festivales solidarios, rifas, mercadillos ..) con otras personas de la clase o del centro.

–Muestra actitud positiva a la participación en proyectos de solidaridad y de ayuda.

–Asume gustosamente responsabilidades cuando se le encomiendan.

5.–Nivel alto-óptimo:

No sólo colabora de buen grado con las iniciativas de solidaridad y ayuda a los demás, sino que toma iniciativas y propone acciones. Suele ser constante en su participación y tiende a asumir el liderazgo. Asume responsabilidades con ilusión y entusiasmo. Colabora con buen talante y aprecia este tipo de iniciativas. Es especialmente sensible a las personas que tienen graves carencias y necesidades.

Conductas habituales de este nivel:

–Anima y propicia la participación en proyectos de voluntariado con otros compañeros y compañeras de clase.

–Es especialmente sensible a las necesidades y privaciones de las personas.

–Muestra una actitud positiva a la participación en proyectos de solidaridad y de ayuda, suele ser líder en el grupo y en el trabajo.

–Asume responsabilidades con actitudes positivas y gran ilusión.

–Muestra creatividad y tiende a suscitar y contagiar ilusión y generosidad en las demás personas.

4.3. Proactividad y optimismo.

Disposición habitual de la persona para sobreponerse a las dificultades, para afrontar y superar contratiempos de forma positiva y alcanzar nuevas metas, y para ofrecerse a resolver problemas. Supone alentar a otras personas, evitar frases negativas que desanimen o puedan ofender. Implica persistir en una actividad o actitud positiva aunque cueste.

1.–Nivel mínimo:

Tiene mucha dificultad para actuar por iniciativa propia, para fijarse metas y trabajar para lograrlas. Su comportamiento normal es pasivo y pesimista, y se deja llevar por las circunstancias. Tiende a la apatía, cualquier actividad le supone una carga y desanima al resto. No es capaz de asumir la responsabilidad para que las cosas sucedan. Ante un problema no busca soluciones, más bien pone pegas y genera dificultades.

Conductas habituales de este nivel:

–Ante los problemas no busca soluciones, se disgusta y no reacciona. No sabe superar las dificultades que le surgen. Le cuesta hacer cosas nuevas y difícilmente se ilusiona con ellas.

–No tolera las frustraciones, se disgusta y lo manifiesta físicamente (rostro de enfado, llanto, gestos agresivos ..)

–No es capaz de asumir la responsabilidad para que las cosas sucedan, aunque se le anime a que lo haga.

–Muestra miedos y ve todo de forma negativa. Parece estar a disgusto con el mundo.

–No controla sus emociones, expresa lo que siente de forma negativa, se muestra triste, no sonríe, a menudo cae en la queja continua.

2.–Nivel bajo:

Tiene alguna dificultad para actuar por iniciativa propia. Suele actuar por ganas o desganas, dejándose llevar por las circunstancias sin intervenir para cambiarlas, salvo que se le anime a ello; si se produce algún cambio en su entorno se desestabiliza y no es capaz de afrontarlo si no se le apoya. Le cuesta algo ver el lado bueno de las cosas. Tiene dificultades para resolver conflictos y llegar a acuerdos, aunque es capaz de hacerlo si se le ayuda.

Conductas habituales de este nivel:

–Encuentra bastantes dificultades para fijarse metas y objetivos y para trabajar en su logro.

–Le cuesta dirigirse a los demás por iniciativa propia y tiende más bien a dejarse llevar.

–Casi siempre ve la parte negativa de las situaciones, no disfruta con la mayoría de las situaciones en las que participa.

–Su estado de ánimo tiende más bien al pesimismo. Tiende a veces a comentar y hablar de las cosas tristes o desagradables que suceden en la vida cotidiana.

–Su forma de ver las cosas le hace sentirse mal y con cierta frecuencia se refugia y encierra en su pesimismo.

3.–Nivel medio:

Suele actuar por iniciativa propia con bastante frecuencia. No suele dejarse llevar por las circunstancias e interviene a veces para cambiarlas, aunque le viene bien que le ayuden. Suele ver el aspecto positivo de la vida. Se presta a resolver conflictos y llegar a acuerdos, con frecuencia asume responsabilidades para que las cosas sucedan y busca soluciones, aunque en ocasiones necesite ayuda.

Conductas habituales de este nivel:

–Su estado de ánimo puede variar, pero sin llegar a depender del todo de las circunstancias o las desganas.

–Si se empeña, es capaz de asumir la responsabilidad para que las cosas sucedan. De vez en cuando busca soluciones nuevas a las situaciones.

–Sale airoso o airosa de las contrariedades si se le ayuda, y colabora en las iniciativas del grupo.

–Con relativa frecuencia tiende a ver la parte positiva de las situaciones pero se anima y se supera sobre todo con ayuda de los demás.

–A menudo tiende a solucionar los conflictos que aparecen en su entorno.

4.–Nivel medio-alto:

Con bastante frecuencia toma la iniciativa para generar mejoras y afrontar dificultades. Suele ser una persona positiva, se fija metas y objetivos y trabaja para lograrlos. Hace prevalecer su voluntad de elección sobre las circunstancias y los estados de ánimo, y suele anteponer los valores a los impulsos. Con frecuencia asume la responsabilidad para que las cosas sucedan, y se presenta voluntariamente a las tareas.

Conductas habituales de este nivel:

–La mayoría de las veces es optimista ante hechos que suceden en el aula. En sus conversaciones prevalece una actitud alegre y constructiva. Normalmente ve la parte positiva de las situaciones aunque ocasionalmente les ponga un “pero”.

–Valora las cosas con realismo sin hacer catástrofes de lo que pasa.

–Colabora fácilmente en tareas, proyectos e iniciativas, y con cierta frecuencia se ofrece voluntariamente a asumirlas.

–Tiene bastante fuerza de voluntad a la hora de asumir sus responsabilidades y encargos.

–Busca recursos y estrategias, y toma la iniciativa a la hora de solucionar los conflictos y problemas.

5.–Grado alto-óptimo.

Asume habitualmente el control de su conducta y toma la iniciativa creativamente. Sin dejar de ser realista, se muestra alegre y optimista, ve las oportunidades y el lado bueno de las cosas. Muestra fuerza de voluntad ante las circunstancias, se crece ante las dificultades y antepone los valores a los impulsos. Sabe liderar, asume responsabilidades, persevera y afronta la adversidad sin desanimarse; anima a las demás personas. Es capaz de llegar a acuerdos e intervenir para resolver conflictos, aportando soluciones y ayudando a otras personas a hacerlo.

Conductas habituales de este nivel:

–Sus opiniones y criterios son escuchados y tenidos en cuenta porque sabe exponerlos. Ejerce liderazgo afectivo. Escucha con atención a las demás personas; sabe convencer y animar.

–Ante un problema siempre ve el lado positivo. Normalmente encuentra algo bueno en todas las cosas sin dejar de ser realista. Se crece ante las dificultades.

–Favorece siempre las relaciones en el seno del grupo. Es una persona siempre abierta a llegar a acuerdos. Utiliza un vocabulario que siempre favorece la cordialidad.

–Controla sus emociones. Sabe reconocer las propias y las ajenas.

–Es perseverante para conseguir sus objetivos y para mejorar, y tiene motivación para aprender. Trabaja de forma esmerada y cuidadosa.

4.4. Disposición favorable hacia la justicia.

La justicia consiste en dar a cada persona lo que le corresponde y pedirle lo que puede dar. Supone asumir derechos y responsabilidades, atender y comprender las posiciones de los demás y exponer las propias respetuosa y asertivamente. Emitir juicios con criterios rectos y verdaderos, basándose en el conocimiento de los hechos y ponderando las consecuencias, mediante un ejercicio de reflexión antes de juzgar. Ser personas veraces y honradas.

Implica respetar el patrimonio y el bien común. No permanecer impasibles y fomentar la firmeza ante las injusticias. Rechazar la violencia como modo de comportamiento. Asumir y fomentar hábitos de participación democrática y la capacidad de apertura a las personas: escucha atenta y diálogo como punto de entendimiento. No dejarse arrastrar por la competitividad insana, el mero interés propio o el capricho.

1.–Nivel mínimo:

Tiene la idea de que ‘justicia’ es aquello que le beneficia a él (ella). Le cuesta decir la verdad. Se autojustifica por sistema, actúa de acuerdo con sus propios intereses y trata de obtener beneficio aunque con ello perjudique a otras personas. No hay coherencia entre lo que dice y lo que hace; frecuentemente no respeta las normas. Atiende a sus derechos pero no a sus obligaciones. Es parcial en las valoraciones y tiende a los prejuicios y afinidades. Trata injustamente incluso a sus amistades, exigiendo cosas que él o ella no asume para sí.

Conductas habituales de este nivel:

–Miente con mucha frecuencia y trata de justificar sus acciones e inculpar a otras personas.

–No acepta los límites y normas establecidas. Reacciona con violencia ante las correcciones. No reconoce sus errores. No tiene en cuenta ni valora las consecuencias de sus acciones.

–Busca su beneficio por sistema. No respeta los derechos de las demás personas interfiriendo, imponiéndose, molestando incluso con respuesta corporal o con agresiones.

–Acusa a las demás personas cuando hacen algo que no es correcto y no reconoce sus aportaciones si no pertenecen a su entorno de afines.

–Trata de forma irrespetuosa, prejuzga y discrimina, y no se opone a la injusticia cometida sobre otras personas. No tiene criterio para distinguir hechos objetivos de opiniones suyas.

2.–Nivel bajo:

Le cuesta mucho asumir la autoría de sus acciones y a menudo trata de autojustificarse. Suele mentir con frecuencia. A menudo actúa según sus intereses y trata de obtener beneficio aunque pueda perjudicar a otras personas. Con relativa frecuencia no hay coherencia entre lo que dice y lo que hace; le cuesta respetar las normas. Reivindica derechos pero apenas tiene en cuenta los ajenos. Tiende a dejarse llevar por prejuicios y afinidades. Con alguna frecuencia trata injustamente a sus compañeros y compañeras.

Conductas habituales de este nivel:

–Miente con relativa frecuencia.

–Hay que recordarle con cierta insistencia los límites y las normas para que los cumpla.

–Marca sus derechos pero no tiene claros los ajenos. Habitualmente echa la culpa a otras personas. En ocasiones reconoce sus errores cuando se le explican, pero le cuesta ser coherente entre lo que dice y lo que hace. Reflexiona poco sobre las consecuencias de sus acciones.

–Frecuentemente reacciona con violencia verbal o incluso física ante conflictos con otras personas.

–A veces trata de forma irrespetuosa, prejuzga y discrimina a otras personas y no se opone a la injusticia cometida sobre ellas. No sabe distinguir con objetividad entre los hechos y sus opiniones o valoraciones.

3.–Nivel medio:

Asume habitualmente la autoría de sus acciones y muestra sinceridad. Se comporta con bastante coherencia. Respeta los valores de la justicia y la verdad. Normalmente trata bien a las personas y manifiesta disposición a ayudar si se le requiere. Habitualmente presenta objetividad en sus apreciaciones, aunque ocasionalmente pueda mostrar algún prejuicio. Por lo general suele actuar con honradez y con rectitud, respetando a las personas, las normas y las cosas. Sale en defensa de sus amistades si considera que han sido víctimas de una injusticia y suele hacerlo a menudo con otras personas.

Conductas habituales de este nivel:

–Suele ser una persona sincera y tiende a tratar de forma justa y respetuosa a todo el mundo. Reconoce sus errores y suele intentar repararlos. Tiende a reflexionar y prever las consecuencias de las acciones y sabe rectificar.

–Suele aceptar los límites y cumplir las normas.

–Habitualmente reconoce los derechos de sus compañeros y compañeras de clase y la importancia del bien común.

–Tiende a resolver los conflictos sin utilizar la violencia.

–Suele defender a sus amistades ante las injusticias. Habitualmente diferencia entre hecho y opinión particular.

4.–Nivel medio-alto:

Habitualmente asume la autoría de sus acciones y dice la verdad aunque le pueda perjudicar. Tiende a comportarse y expresarse con coherencia. Es dialogante. Suele tratar a las demás personas de manera justa, mostrando sensibilidad y actitud de ayuda. Tiende a ser una persona objetiva e imparcial en sus juicios, valoraciones y en la toma de decisiones. Suele obrar con rectitud y muestra respeto hacia las personas, las normas y las cosas. A menudo defiende a quien considera que ha sido víctima de una injusticia.

Conductas habituales de este nivel:

–Suele ser veraz y respeta las normas y a las personas. Reconoce los derechos de sus compañeros y compañeras y los respeta.

–Suele reconocer sus errores e intenta mejorar. Suele ser una persona objetiva y empática en sus valoraciones. Reflexiona y es capaz de prever las consecuencias de las acciones.

–Resuelve los conflictos de forma dialogada. Muestra asertividad y sabe escuchar con atención.

–No acusa gratuitamente a nadie y reconoce, si es el caso, su participación en algún conflicto. No suele comportarse de acuerdo con prejuicios ni intereses egoístas.

–Se rebela si ve que algún compañero o compañera son tratados injustamente y pone de su parte para remediar la situación utilizando para ello medios correctos. Sabe distinguir entre hechos y opiniones.

5.–Nivel alto-óptimo:

Diferencia bien entre lo que es justo y lo que no, dice la verdad y acepta las consecuencias de sus acciones aunque ello le pueda perjudicar. Intenta ser una persona honrada y trata a las demás de manera justa, con sensibilidad, empatía y disposición a ayudar. Manifiesta objetividad e imparcialidad en sus valoraciones, carece de prejuicios. Es dialogante, sabe escuchar de forma activa. Obra respetando las normas y las cosas; colabora gustosamente por el bien común. Sale en defensa de otras personas cuando considera que han sido víctimas de una injusticia y, en la medida de sus posibilidades, trabaja por conseguir lo que es justo y beneficioso para el grupo o la sociedad.

Conductas habituales de este nivel:

–Dice habitualmente la verdad y se comporta de manera respetuosa con todas las personas.

–Cumple sus obligaciones con agrado manifestándolo en sus actitudes. Es capaz de reconocer sus errores y pone los medios para corregirlos. No le gusta jactarse en público aunque tenga motivos para ello. Reflexiona y prevé las consecuencias de las acciones y sabe rectificar.

–Tiene criterio para decidir y emite sus juicios analizando las causas, con objetividad e imparcialidad. Reconoce las fortalezas y defectos de las demás personas pero da prioridad a las cualidades positivas.

–En ningún momento utiliza la violencia, establece relaciones positivas con sus compañeros y compañeras y con el profesorado. Siempre busca soluciones justas a los conflictos.

–Si alguien no es tratado con justicia sale en su defensa argumentando a su favor. Genera iniciativas para mejorar situaciones que considera injustas y se sirve para ello de medios legítimos.

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