BOLETÍN Nº 110 - 11 de septiembre de 2002

I. COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA

Disposiciones Generales. Resoluciones

RESOLUCION 527/2002, de 27 de junio, del Director General de Educación, por la que se dan Instrucciones y Orientaciones para el tratamiento de la lectura comprensiva en el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria.

El Director del Servicio de Renovación Pedagógica presenta informe favorable para que se proceda a la aprobación de las Instrucciones y Orientaciones que han de guiar el tratamiento de la lectura comprensiva en el currículo de Educación Secundaria Obligatoria.

El Decreto Foral 61/2001, de 25 de marzo, por el que se modifica el Decreto Foral 67/1993, de 22 de febrero, por el que se establece el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria incluye como objetivo que deberá alcanzarse a lo largo de toda la etapa el siguiente: "Comprender y producir mensajes orales y escritos con propiedad, autonomía y creatividad en castellano y, en su caso, en la lengua propia de la Comunidad Autónoma y reflexionar sobre los procesos implicados en el uso del lenguaje y la contribución de éste a la organización de los propios pensamientos". Este objetivo de carácter general se ha concretado como objetivo específico en todas las áreas del currículo de la etapa, enunciado de la siguiente forma: "Adquirir las destrezas necesarias para realizar una lectura comprensiva de los textos utilizados en el aprendizaje del área"; así mismo, se ha incorporado como contenido propio de todas y cada una de las áreas bajo el título de "Las claves del lenguaje del área: la lectura comprensiva" que, a modo de proemio antecede a los bloques de contenido del área. En lógica consecuencia, igualmente, se incorpora un común criterio de evaluación bajo el enunciado siguiente: "Comprender el significado de los textos y su vocabulario específico".

La presente Resolución tiene por objeto desarrollar estos aspectos del currículo estableciendo unas instrucciones y unas orientaciones que garanticen su inclusión tanto en la programación como, sobre todo, en el desarrollo del currículo del área en el aula.

En ejercicio de las atribuciones que tengo delegadas en virtud de la Orden Foral 339/1999, de 30 de septiembre, del Consejero de Educación y Cultura,

RESUELVO:

Primero.-Las programaciones didácticas de los Departamentos Didácticos incluirán en sus objetivos, contenidos y criterios de evaluación el tratamiento de la lectura comprensiva y el vocabulario específico del área, de una forma integrada.

Segundo.-Durante los cursos escolares 2002/2003 y 2003/2004 en los que se implanten los currículos regulados por el Decreto Foral 61/2001, de 25 de marzo, los Departamentos Didácticos dedicarán especial atención a los aspectos a los que se refiere el punto Primero. Los jefes de Departamento velarán para que en todos los cursos de la etapa se trabaje la comprensión de textos del área y su vocabulario específico.

Tercero.-En el Anexo a la presente Resolución se incluyen unas orientaciones para favorecer el tratamiento de la lectura comprensiva en el desarrollo del currículo en el aula.

Cuarto.-El Departamento de Educación y Cultura organizará formación específica para el profesorado de la etapa y difundirá las "buenas prácticas", que integren la lectura comprensiva en el tratamiento ordinario de los objetivos y contenidos del área, mediante la publicación de materiales didácticos.

Quinto.-Trasladar la presente Resolución a los Servicios de Renovación Pedagógica, de Ordenación Académica y Formación Profesional, de Inspección Técnica y de Servicios, de Vascuence y a las Secciones de Ordenación Académica, de Innovación Educativa y Promoción Educativa, de Perfeccionamiento del Profesorado, y al BOLETIN OFICIAL de Navarra, a los efectos oportunos.

Sexto.-La presente Resolución entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el BOLETIN OFICIAL de Navarra.

Pamplona, a veintisiete de junio de dos mil dos.-El Director General de Educación, Santiago Arellano Hernández.

A N E X O

Orientaciones para el tratamiento de la lectura comprensiva y del vocabulario específico en todas las areas de la Educación Secundaria Obligatoria

I.-La comprensión de textos de cada área, tarea ordinaria de todo el profesorado

a) El hecho de incorporar formal y normativamente la lectura comprensiva al currículo de la E.S.O. responde a la necesidad de recoger y sistematizar una práctica habitual del profesorado, ya que los contenidos de cada una de las diferentes áreas se desarrollan en textos escritos, unas veces secuenciados y sistematizados, como en los llamados "libros de texto", y otras veces como material de apoyo puntual y complementario: textos extraídos de consulta, búsqueda de información bibliográfica en cualquier soporte, etc.

b) No se trata, por lo tanto, de añadir nuevos objetivos, contenidos y criterios de evaluación a los ya existentes en el currículo, sino de trabajar aspectos de la comprensión de textos y vocabulario específico al hilo del desarrollo de las unidades didácticas o lecciones. En este punto, el tema clave es el interés y la toma de conciencia por parte del profesorado de la importancia de contribuir desde todas las áreas al desarrollo de la comprensión lectora de los textos, ya que ésta constituye, sin lugar a dudas, el eje vertebrador, el instrumento común de una formación cultural integral del alumnado de Educación Secundaria.

c) Se tiende a considerar que el desarrollo de la comprensión lectora es competencia del área de Lengua y que en el resto de las áreas los alumnos deben aplicar lo aprendido en aquella.

Siendo verdad que al área de Lengua le compete un tratamiento específico de estos aspectos, no lo es menos que corresponde a todas las áreas procurar que los alumnos comprendan los textos en los que se expresan los contenidos de la propia materia. Por tanto, se puede afirmar que la comprensión de textos científicos también es competencia de las áreas científicas.

d) Una práctica centrada en la comprensión de los conceptos específicos y técnicos de las áreas y sus relaciones ha derivado, en muchos casos, en una minusvaloración de la forma en que se expresan dichos conceptos, por lo que conviene recuperar, como valor educativo, el rigor y la precisión en la expresión de los conceptos del área. Así pues, la comprensión del vocabulario específico y del lenguaje propio de la materia contribuyen a enriquecer los registros lingüísticos del alumnado y a desarrollar un vocabulario amplio, matizado y rico.

e) El acceso al currículo está mediatizado por el lenguaje, sea oral o escrito. Los conocimientos de las distintas disciplinas se articulan, en gran parte, de forma lingüística y simbólica. Gracias a que el acervo disciplinar se ha conservado en libros y textos escritos, existe una continuidad y una evolución en las ciencias, las técnicas, las artes y las humanidades. Acceder a estos saberes exige del dominio de ciertas técnicas de lectura comprensiva que deben ser practicados de modo habitual en el aula.

Si los alumnos no dominan las técnicas para comprender textos escritos de cierta complejidad no sólo se les aboca al fracaso escolar sino que se les cierra una puerta de acceso al conocimiento y al crecimiento personal. Por ello, debe entenderse como una inversión a corto, medio y largo plazo el esfuerzo y el tiempo dedicados a comprender los conceptos y sus relaciones mediante la lectura de textos, sean éstos científicos o didácticos (libros de texto, enciclopedias, monografías, páginas web, etc.).

A nadie se le oculta la dificultad de esta tarea para el alumno, ya que acceder a un lenguaje más formalizado y abstracto que el oral implica una mayor atención y esfuerzo, pero, igualmente, debe tenerse en cuenta que nadie se interesa por lo que no entiende.

Por otra parte, la comprensión lectora, además de ser un instrumento de aprendizaje, es requisito para que el alumno sienta gusto por la lectura de los textos de cada una de las áreas.

II.-Valor de la lectura oral

a) La lectura en voz alta facilita la comprensión lectora y es el vehículo para la transmisión de ideas y sensaciones. La deficiente lectura expresiva en voz alta pone de manifiesto que el alumno no entiende lo que lee y por consiguiente no puede ser entendido por los demás. Por tanto, la lectura en voz alta no debe separarse de la lectura comprensiva.

b) El dominio de la lectura en voz alta es un objetivo de la Educación Primaria, pero no exclusivo de la misma. En ésta se trabaja la técnica: entonación, sentido de la lectura, vocalización, tono de voz, velocidad, parsimonia en la dicción, etc. Todos estos aspectos que contribuyen a una lectura pública correcta se trabajan con textos sencillos y adecuados a la edad de los alumnos.

En la etapa de Secundaria, al leer textos de mayor complejidad, hay que dar por sentado que los alumnos transferirán automáticamente lo aprendido en la etapa anterior, sino que requerirán nuevas estrategias de aprendizaje. Además, no debe olvidarse que no se lee de la misma forma una poesía que un texto narrativo, descriptivo, argumentativo, expositivo o instructivo.

c) Por todo ello, es preciso no desechar la idea de leer en voz alta en clase, tanto por parte del profesor o profesora como de los alumnos y alumnas. La lectura en voz alta con sentido y corrección denota normalmente una buena comprensión y, a su vez, dicho hábito contribuye a la mejora de la misma.

El profesorado podrá aprovechar cualquier oportunidad, de las muchas que se dan en clase, para enfatizar la importancia de la correcta lectura en voz alta.

d) Muchos alumnos de esta etapa no se atreven a hablar en público en situaciones más o menos formales como son los contextos del aula. Esta deficiencia puede generar inseguridad e incluso baja autoestima. Pues bien, este objetivo relacionado con la educación social del alumnado se consigue, en parte, mediante la lectura pública en voz alta o la exposición oral de cualquier tema, siempre y cuando sea una práctica habitual en las aulas de Secundaria.

Por lo tanto, en el ejercicio de la lectura en voz alta se cuidarán aspectos de comprensión, dicción, entonación, vocalización, inflexión de la voz, etc., con el fin de acostumbrar al alumnado a hablar correctamente en público y a comprender y dar sentido a los diferentes textos de las diversas áreas.

III.-El aprendizaje mediante la lectura comprensiva de los textos decada área

a) La lectura comprensiva debe ser una práctica habitual, continua y transversal en el aprendizaje de los contenidos de todas las áreas. Dicho aprendizaje se produce mediante la experiencia directa y la experiencia indirecta. Aprender mediante los textos es un ejemplo de esta última modalidad. La comprensión es una condición para el aprendizaje significativo por tanto, la comprensión de los textos es el primer paso para que los alumnos entiendan, relacionen, asimilen y recuerden los conceptos específicos de cada área.

b) El profesorado, además de la explicación oral, utiliza una gran variedad de recursos didácticos: enciclopedias, libros especializados, textos escogidos, cd-rom, páginas web, etc. En la mayoría de los casos, el libro de texto se utilizará como elemento común y básico para el aprendizaje de la materia. Así pues, lo que en este apartado se dice respecto a la utilización del libro de texto puede aplicarse a cualquier otra opción didáctica que el profesor considere oportuna.

Por otra parte, cuando se empleen recursos audiovisuales será conveniente elaborar actividades didácticas que incluyan la lectura de imágenes y de textos de forma comprensiva y crítica.

c) Los actuales libros de texto presentan, con carácter general, un excelente diseño didáctico y si se emplean como ayuda y recurso pueden ser una herramienta valiosa para el aprendizaje de los alumnos. Los libros de texto no son libros científicos, sino libros didácticos que adaptan los conceptos científicos al contexto de enseñanza-aprendizaje. Por ello, tienen una estructura peculiar: definiciones, explicaciones de las mismas, resúmenes, mapas conceptuales, recuadros, ejemplos, llamadas a relacionar ciertas situaciones que plantea con situaciones y experiencias de la vida cotidiana, ejercicios, gráficos, fotos y actividades varias que facilitan la lectura y comprensión de los contenidos del área.

El profesorado, teniendo en cuenta estos aspectos, elegirá, en su caso, el libro de texto más adecuado a los objetivos del área, a la metodología del profesorado y el que más favorezca la comprensión lectora.

d) A la vez que prepara la clase, conviene que el profesor dedique unos minutos a analizar la estructura lingüística y conceptual de la unidad didáctica o de la lección, y que transmita a sus alumnos estas nociones junto con las técnicas de estudio necesarias.

Así, por ejemplo, la lectura del título y de las partes o preguntas ya presentan una síntesis previa o epítome que da una idea general del tema que se va a tratar, lo cuál permite desencadenar los conocimientos previos. En algunas áreas los libros incluyen textos cuyos párrafos empiezan con una definición que se explica a continuación, sin embargo, en otras áreas es normal que se definan los conceptos mediante aproximaciones que culminan en el final del párrafo o párrafos.

Hacer conscientes a los alumnos de éstas y otras estructuras es contribuir a desarrollar en ellos la comprensión. La técnica del subrayado eficaz pretende trabajar también este aspecto. En cualquier caso, la lectura con papel y lápiz contribuye a que sea activa y a mantener la atención y el interés en lo que se lee, pues la lectura es un acto íntimamente ligado a la escritura y a la expresión.

e) De las múltiples formas de leer, en el aula suelen utilizarse tres: la lectura previa o primera lectura, la lectura lenta y minuciosa o segunda lectura y la lectura de síntesis y asimilación personal o tercera lectura. El profesorado, consciente de las ventajas y limitaciones de cada modalidad las utilizará en los momentos que considere más adecuados.

Estas modalidades de lectura son igualmente aplicables a cualquier documento escrito, independientemente del formato o soporte en el que se transmita: enciclopedia, álbum, libro de texto, revista científica, página web, cd-rom multimedia, boletín de legislación, folleto turístico, catálogo de exposiciones, instrucciones para construir o poner en funcionamiento un aparato, reglamento de un juego deportivo, etc.

f) La lectura previa tiene como objeto acercarse de forma global al tema. En general, se pasa por encima de aquello que no se comprende en un primer momento y se pone el énfasis en lo que se entiende. Es una práctica habitual del profesorado, y con muy buenos resultados, hacer que los alumnos lean previamente la lección confeccionando dos listados, uno con los conceptos que han entendido y otro con los que no lo han hecho.

Conviene que el profesor o profesora dé ciertas "claves de lectura" pues éstas ayudan a realizar una lectura más eficaz. Son "claves de lectura" la estructura del tema, las preguntas a las que pretende responder dicho tema, las interrelaciones entre los conceptos y su contexto cultural e histórico, entre otros.

g) La lectura lenta y minuciosa pretende comprender todas y cada una de las partes del texto o de la lección, y es una lectura analítica. El alumno no avanza hasta que comprende y si es preciso vuelve hacia atrás para ratificar o rechazar una idea. En esta modalidad de lectura la intervención y colaboración del profesorado es de una gran ayuda, porque a la dificultad de comprender unos conceptos nuevos se añade la dificultad del lenguaje escrito en que se transmiten.

Por ello, no supone una pérdida de tiempo leer con los alumnos y ayudarles a "desentrañar" los textos; lógicamente ésta no debe ser la única práctica de enseñanza, pero sí conviene que esté muy presente en el repertorio metodológico del profesor.

h) La lectura de síntesis y asimilación es una lectura personal y exige, igual que la anterior, una concentración y atención. Esta lectura pretende la elaboración personal y la retención de forma significativa de los conceptos y sus relaciones.

La lectura comprensiva es la gran aliada de nuestra memoria puesto que entender el significado de los conceptos facilita su retención

i) La lectura comprensiva es la primera etapa de un proceso que debe complementarse con campos conexos como la expresión oral, la redacción escrita fluida, la lectura en voz alta con entonación, etc.

Es conveniente dar una proyección exterior a las actividades relacionadas con la lectura y la escritura: debates, charlas para otros alumnos, artículos para el periódico escolar, escenificaciones, programas de radio, exposiciones, murales, etc.

j) El profesorado fomentará el uso de la biblioteca escolar concebida como un centro de recursos organizado que utiliza cualquier tipo de soporte, apoya el aprendizaje activo de todas las áreas del currículo y fomenta la igualdad educativa de todos los estudiantes, con independencia de su condición social.

IV.-El lenguaje específico del área y su vocabulario

a) Tanto los libros de texto, como los específicos de cada materia, utilizan un lenguaje que está a caballo entre el lenguaje culto o científico de las Ciencias o Saberes y el lenguaje coloquial que se usa en contextos cotidianos. Conviene que los alumnos sean conscientes de que deben utilizar de forma progresiva, conforme ascienden de curso, un lenguaje cada vez más preciso y adecuado al contexto escolar y a la materia.

Los alumnos deben comprender que no es lo mismo el lenguaje literario que el lenguaje de las ciencias sociales, de las ciencias formales o de las ciencias de la naturaleza o el lenguaje de las artes plásticas, por poner algunos ejemplos.

b) Mención especial requiere el vocabulario técnico o, en su caso, específico en términos generales. En cada área y en cada curso existe un vocabulario propio que se refiere a los conceptos que se presentan a los alumnos. Si se elaborase un listado del vocabulario específico que cada año se pretende incorporar al bagaje cultural del alumnado, se podría planificar y evaluar la evolución de su capacidad lectora y de comprensión conceptual a lo largo de la etapa.

c) La comprensión de los "textos del área" requiere de la comprensión cabal de los términos técnicos y específicos. Bien es verdad que el significado de éstos puede ser inferido por el contexto, pero en última instancia conviene que el alumno tenga una idea clara del significado de los términos, no sólo para su comprensión, sino también para expresarse de forma oral o escrita.

d) El uso de diccionarios y libros de consulta y divulgación son un recurso inestimable para desarrollar en los alumnos actitudes de rigor y gusto por la precisión. Para educarlos en el orden y en la sistematización de los conceptos, es práctica habitual de muchos profesores y profesoras el uso de cuadernos o archivadores en los cuales los alumnos van incluyendo, a modo de "glosario" de la materia, los términos nuevos que van apareciendo, acompañados de su significado o acepción más adecuada al tema de estudio.

Debe cuidarse, con especial atención que, una vez que sean entendidos y asimilados los conceptos, sean redactados "comprensivamente" por los alumnos, con sus propias palabras.

Sería conveniente que en la programación didáctica se registraran los términos básicos que se van a trabajar en cada curso escolar, teniendo en cuenta que el aprendizaje del vocabulario específico de cada área no constituye un fin sino un medio para la comprensión de la misma. Por tanto, su evaluación no puede consistir, de ningún modo, en la reproducción memorística de un listado de téminos aislados de su contexto, sino en su comprensión a través de las actividades programadas por el profesor: selección de lecturas, enunciados de problemas, utilización comprensiva del libro de texto, de un vídeo o de una página web, por poner un ejemplo.

e) El conocimiento del origen etimológico y la evolución histórica de los términos amplía el horizonte cultural del alumno y facilita la relación y la integración entre los conocimientos de las distintas áreas, además de contribuir a facilitar la memorización significativa. Por ello, siempre que sea posible, se incluirán en el aula estas actividades mediante consultas a diccionarios etimológicos realizadas bien por el profesor o bien por los propios alumnos.

Código del anuncio: A0207565